La pandemia interna de los trabajadores de la salud
L a sensación empezó en enero de este año. Sucedía antes de iniciar cada uno de sus turnos médicos o en medio de la noche: el estómago se le revolvía, los mareos y las náuseas eran cada vez más comunes y su cuerpo le pesaba. Gabriela Medina, médico general de la ex Posta Central (HUAP) no recuerda cuántas veces la invadió esta sensación. Tampoco se explica cómo reunía fuerzas para llegar al hospital, donde varias veces pidió medicamentos a sus compañeras para seguir su jornada.-Uno empieza a acumular y acumular... Era una cosa terrible ir a trabajar. Pero lo hacía porque pensaba: "quién me va a cubrir". Recuerdas a los pacientes, sabes que tus colegas se van a quedar con más trabajo -dice Gabriela Medina, quien integra la primera línea covid de la ex Posta Central y en los momentos más críticos de la emergencia sanitaria en Chile ayudó en la intubación de pacientes.Gabriela Medina tiene 27 años y se tituló de médico general en diciembre de 2019. En marzo, cuando se integró a la ex Posta Central, pensaba juntar ahorros y viajar. Pero entonces el nuevo coronavirus ya empezaba a preocupar a los profesionales de la salud locales. A las pocas semanas, Medina atendió en el servicio de urgencia respiratoria los primeros casos de covid que llegaron a ese centro hospitalario. Luego, repetirá a lo largo de su relato: "Durante el 2020 hubo meses en los que me enfrenté a la cara más ruda del virus". Ella, entonces, realizaba turnos de 12 horas en la urgencia y también de 24 horas en la Unidad de Tratamiento Intermedio (UTI) de la ex Posta.-Lo más difícil era ver pacientes muy graves a los que tenía que decirles que serían intubados y luego explicarles a las familias. Era terrible ver la cara de miedo del paciente y de sus familias, decirles que es la opción que queda y no dar respuestas concretas. No puedes comprometerte a que va a salir todo bien.Según Medina, el período más duro tanto en términos profesionales como personales ocurrió este año, entre enero y mayo de 2021. El cansancio y la angustia, comenta, eran evidentes en los equipos de salud. Después de diez meses, la demanda de pacientes covid en la ex Posta Central adquirió un ritmo extenuante. El nivel de desgaste al que estaba sometida, explica, terminó pasándole la cuenta.En enero de este año comenzó a pagarse una terapia combinada con un psicólogo y un psiquiatra, quien le recetó antidepresivos.-Empecé a tomarlos y pensé: "voy a atajar esto antes de que me destruya". Me traté porque entendí que este burnout (estado de agotamiento mental, físico y emocional) podía terminar en una depresión -dice Medina.Durante mayo lloró en casi todos los turnos hasta que pidió licencia. Su psiquiatra le dio descanso por tres semanas. Ese tiempo lo aprovechó para compartir con su pareja, hacer ejercicio y dormir. Volvió a la ex Posta Central, a la primera línea, a comienzos de julio.Hoy han pasado tres semanas desde su regreso. Son las siete de la tarde. Al otro lado del teléfono, Gabriela Medina comenta que se despertó pasadas las tres de la tarde. Ayer cumplió con un turno de 24...
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