Palestino ingresa con distinción al cuadro grande de la Libertadores - 28 de Febrero de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 769826409

Palestino ingresa con distinción al cuadro grande de la Libertadores

Jornada áspera y ruda la que se vivió anoche en San Carlos. Porque así es la Copa Libertadores, un torneo distinto a todos y donde no solo es feliz el que más intenta, el que más luce o -asunto de moda- el que más posesión tiene.También hay que correr, meter, sufrir. Palestino y Talleres tenían bien claro el asunto y con esa disposición jugaron los 90 minutos.En un partido de guapos, disputado con carácter y ante una bella escenografía -gradas casi llenas y ambiente de fiesta de lado y lado-, la visita tomó ventaja cuando mejor jugaba.Apostando a un pressing asfixiante y a una dinámica poco habitual en las canchas chilenas, Talleres mató con una jugada de manual: desborde y centro atrás, que el colombiano Dayro Moreno cerró sin oposición.Palestino sintió el golpe y se anduvo desordenando. Víctima de la ofuscación propia de encajar un gol, desajustó las marcas y estuvo cerca de recibir otro.Pero resistió. Y no solo eso: Basay cambió la pizarra (mutó de cuatro a tres centrales), y también mejoró la actitud de sus pupilos.La creación quedó exclusivamente en los pies de Jiménez. Perdió variedad el ataque chileno, sí, pero sumó volumen ofensivo.El lapso inicial del segundo acto hacía suponer cosas buenas. Y así fue. Aguantó dos buenas cargas del enemigo -incluyendo un gol cantado que se perdió Sebastian Palacios- y emparejó la cuenta gracias al "Mago".Locura en San Carlos.Si bien la llave registraba dos empates (2-2 había terminado el marcador en Argentina), el gol de visitante favorecía a Palestino.Pero no había treguas. Y el resto fue angustia e incertidumbre. Talleres sumó gente en ataque y lanzó todas las naves al rancho de Ignacio González. Sin Jiménez, que cuajó un partido de colección, la idea fue aguantar y aguantar. Dejar que avanzar el reloj, que no avanzaba nada, y esperar para liberar una felicidad por años contenida.En la agonía, Cristóbal Jorquera empalmó de zurda y dio vuelta el marcador: 2-1. La celebración era total, completa: no solo ingresaba al cuadro grande por el gol de visitante, sino por puntos.Basay aguardó el final con angustia, pidiendo la hora con gritos y las venas hinchadas. El último pitazo lo celebró con los puños...

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