El país que un millón y medio de venezolanos salieron a buscar por el mundo - 16 de Agosto de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 580102926

El país que un millón y medio de venezolanos salieron a buscar por el mundo

Lo que más extraña Alejandra Romero de Venezuela es Venezuela. Al menos la imagen que ella tiene del país que dejó en 2001 para probar suerte en Estados Unidos, primero en el norte, Seattle, y después en el sur. Recuerdo que persigue al millón y medio de venezolanos que en los últimos 15 años han cruzado las fronteras y que, como el olor de las arepas en las mañanas, es nostalgia por un lugar que ya no existe.

Alejandra salió a buscar una "mejor oportunidad de vida" cuando se dio cuenta de que en su país el "escenario que se venía no era bueno". Pasaron los años y vio que cada vez eran más los venezolanos que pensaban como ella.

Con una cámara y un equipo "pequeño pero entregado y muy motivado", Romero conversó con algunos de sus compatriotas repartidos en 94 países para tratar de entender por qué el mayor éxodo de la historia venezolana ocurre ahora, cuando los ingresos petroleros de los últimos 15 años quintuplicaron a los de las cuatro décadas previas.

Las respuestas a sus preguntas están en "Finding Venezuela", el documental sobre la diáspora que la directora planea estrenar a fines de año. "Encontré la voz de un éxodo que busca su lugar en el mundo. Encontré esperanza, esa que nunca se pierde y está en la mirada de una generación que desea replantearse y se resiste a pensar que todo es en vano", dice la cineasta a "El Mercurio".

Romero quiere que su trabajo sea una herramienta para que los venezolanos se "conecten con su identidad", y para que los extranjeros conozcan "la verdad detrás de la diáspora".

Las mismas dudas que llevaron a la cineasta a tomar la cámara y salir a entrevistar son las que inquietaban a un sociólogo 2.200 km al sur de Miami.

Caracas, Venezuela

Tomás Páez dedicó toda su vida académica al estudio de las pymes, a estrategias de gestión, calidad y productividad. De a poco se dio cuenta de que sus alumnos en la Universidad Central de Venezuela se iban del país. En una sociedad aclanada como la venezolana, era raro que padres, abuelos y tíos hicieran filas eternas en ministerios para convalidar las notas de sus hijos, nietos y sobrinos, paso indispensable para estudiar afuera. Páez preguntó y le respondieron que preferían estar separados a que los jóvenes se sumaran a las estadísticas de homicidios y secuestros.

En el éxodo universitario anterior, a mediados de los 70 y principios de los 80, 40 mil estudiantes se perfeccionaron en centros de Europa y Estados Unidos. El 94% volvió a su tierra a aplicar lo aprendido. Los jóvenes hoy solo compran el pasaje de ida.

El profesor también quiso saber qué fue de ese país de inmigrantes que en 1960 tenía 15% de población extranjera, y que recibió a todos quienes pudieron escapar de las...

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