Mi padre, el cabo moyano
Cuando el cabo Luis Moyano Farías fue muerto a tiros el 18 de octubre de 2007, tras el asalto al Banco Security, Savka Moyano, su hija, tenía nueve años. Hoy, a los 16, ya ha tomado una decisión que parecía improbable: quiere seguir los pasos de su padre y entrar a la Escuela de Carabineros.
Su madre, sus abuelos y sus tíos trataron de convencerla de que estudiara otra cosa, pero ella no ha cambiado de opinión. Dice que es una forma de hacerle un homenaje a su padre, aunque aclara que era algo que siempre rondó en su cabeza.
-Yo tenía pensado ser carabinera desde chica, antes de que mi papá muriera. Y con los años, ya es una decisión tomada. Es algo definitivo.
El que está más feliz es su padrino, Fernando Abarca Díaz, el mejor amigo de su padre y quien también resultó herido en la balacera que transformó en mártir de la institución al cabo Moyano y que, casi siete años después, terminó con la condena de Juan Aliste Vega por homicidio; de Freddy Fuentevilla, como encubridor al facilitar la fuga; y de Marcelo Villarroel, quien junto con los anteriores participó en el robo al banco, de donde se llevaron un botín de 22 millones de pesos. La próxima semana, la jueza Celia Catalán dará a conocer la pena para los tres acusados.
Para ingresar a Carabineros, Savka deberá rendir un examen teórico que incluye matemática, lenguaje e historia. También uno físico, el test de Naveta, que mide resistencia y capacidad aeróbica. Ella se prepara para los dos.
-En el colegio soy cheerleader, así que hago harto ejercicio -afirma-. Pero sí, a veces pienso en eso, en los riesgos. Aunque es algo que yo voy a enfrentar. Si estoy en otro trabajo, igual me puede pasar algo, no es necesario estar en Carabineros para que me exponga a algún riesgo.
Savka es la segunda de cuatro hermanos. La mayor es Luz María, que estudia Ingeniería en prevención de riesgos, en la Universidad de las Américas. Luego está Felipe, de 14, y Dylan, de 11.
Cuando le preguntan por su padre, ella dice que era gruñón, alegre, divertido y que a menudo jugaba con ellos.
-Le gustaba asustarnos. Para él era juego, pero nosotros éramos chiquititos. Yo tenía como cinco años, mi mamá trabajaba y todavía no tenía al Dylan, y nos sentaba a mí y al Felipe a ver películas de terror toda la tarde. A veces tomaba una bolsa de papel, le hacía hoyitos y se la ponía en la cabeza, junto con una sábana. Mi mamá parecía que cuidaba a cinco niños chicos, era uno más que nosotros, jugaba igual que nosotros, era enojón, se picaba, se tiraba al suelo. Era un chiste.
Como anécdota, Savka cuenta que se iba a llamar Montserrat Catalina, pero su padre, cuando la fue a inscribir al Registro Civil, le cambió el nombre sin preguntarle a su mujer.
-A mi papá le gustaba Savka Pollak y por eso me puso así. Y, la verdad, me gusta mi nombre, es único.
Intento de suicidio
A la expectativa de la sentencia contra los tres acusados, su madre, Paola Riveros, afirma que tiene la misma sensación como si estuviera esperando a su primer hijo: las últimas semanas son las más largas y crece la ansiedad.
-Siento que ya tenemos...
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