'Otello', obra maestra de Verdi, regresa al Teatro Municipal
Mucho se ha escrito -a propósito de la gestación de este título que se estrenó con éxito rotundo, en 1887, en la Scala de Milán- que es una ópera de madurez del autor de "La traviata" y que originalmente, tras el nacimiento de su "Aida" en 1871, Verdi no tenía ningún interés en continuar explorando el género lírico. Dueño de una situación económica bastante próspera, pensaba pasar los últimos años de su vida en su apacible campo, junto a su esposa, Giuseppina Strepponi. ¿Qué lo hizo cambiar de opinión? El editor Giulio Ricordi lo sedujo con la posibilidad de musicalizar esta verdadera "cumbre" de la literatura isabelina, sumando en el proyecto al libretista Arrigo Boito. Luego vendría "Falstaff" (1893), también inspirada en la obra del dramaturgo de Stratford-upon-Avon, y con ello se produciría su despedida definitiva del género.
"Sin duda que Verdi fue un gran admirador de Shakespeare", señala el músico italiano Antonello Allemandi, quien a partir del sábado 2 de agosto, en el Teatro Municipal de Santiago, dirigirá a la Orquesta Filarmónica en las funciones con elenco internacional de este título que no se daba desde 2006 en el Coliseo de Agustinas (ver nota relacionada). Y agrega que "he tenido la suerte de dirigir su trilogía consagrada a este importantísimo autor: 'Macbeth', 'Otello' y Falstaff'. Todas son óperas impresionantes pero 'Otello' me parece que es la más perfecta de todas. Un portento".
Allemandi, quien también en nuestro país formó parte de un elogiado "Don Pasquale" (2011) y el año pasado condujo "Elixir de amor" (ambas de Donizetti), revela a "Artes y Letras" que se siente un artista privilegiado, entre otras razones porque "durante quince años no me perdí los ensayos de la Scala de Milán. Tuve la suerte de ver en vivo a Carlos Kleiber dirigir a Placido Domingo, Mirella Freni y Piero Cappuccilli en un 'Otello' que fue de antología. Y me tocó, también en la Scala, asistir a dos grandes directores, recientemente fallecidos, Lorin Maazel y Claudio Abbado. !Qué escuela¡".
El músico precisa que los números también han sido claves en su carrera profesional. "Dirigí por primera vez 'Otello' en 1994, en Bilbao, luego lo volví a hacer en 2004 y ahora en 2014. Cada diez años me ha tocado abordar este título, pero ahora se suma un elemento de mayor trascendencia, porque estamos celebrando los 450 años del nacimiento dramaturgo. Lo más sorprendente de esta ópera es que está al mismo nivel de Shakespeare. Verdi y Boito crearon una obra compleja, extraordinaria, donde nada es superfluo. La orquesta, por lo demás, es un personaje más. No es una tapicería o una decoración. Toda la partitura es tremendamente demandante y difícil".
Antonello Allemandi se explaya en el plano musical. A su juicio, en "Otello" Verdi rompe de manera definitiva con la estructura clásica que incluye recitativo, aria y cabaletta . "El punto cúlmine de esa composición con tres partes muy diferenciadas se da en 'El trovador'. Acá, y en una prueba de madurez, no hay cortes. La partitura es fluida, sin construcciones cerradas. No hay arias o números, sino una sensación de continuidad".
El director también valora que "la orquesta perfile los estados de ánimo de los personajes. En el caso de Desdémona, por ejemplo, quien representa el arquetipo de lo femenino, Verdi la asocia al sonido de las cuerdas, a grandes melodías, frases y legato . Cuando interpreta 'Mio superbo guerrier¡ Quanti tormenti...' estamos ante un dúo de amor impresionante que refleja toda su pureza e inocencia. A Otello, en cambio, lo revela en toda su masculinidad con el sonido de las trompetas; y desde su...
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