Orgullosos - 14 de Septiembre de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 648984809

Orgullosos

¿Qué está pasando con los entrenadores y su trato zalamero con sus dirigidos? Y no es asunto chileno. No. Es mundial. Desde el más modesto técnico de tercera división hasta el más prestigioso entrenador mundial (como Josep Guardiola y su defensa tan elogiosa como imposible de Claudio Bravo en el fin de semana).

Es un fenómeno relativamente nuevo, que extiende el protagonismo de los jugadores más allá de la cancha y se encarama a la banca, con las implicancias de todo tipo que esto tiene. (Empezando por sacar a entrenadores de su club...).

Los entrenadores, por ejemplo, no se atreven a comentar las actuaciones de su equipo, pues podrían afectar a jugadores determinados y eso les resulta peligroso. Más aún si ofenden a algún "referente", pues el oleaje puede elevarse a niveles de ahogo en el vestuario. Si "lo único que falló fue el finiquito", la cosa queda ahí, pues sería distinto que decir "nuestros delanteros están fallando". Y las "fallas puntuales" no involucran a ninguna línea ni a ningún jugador. La expresión es a prueba de cualquier interpretación. No se trata de culpar a jugadores de aquellas fallas, pero sí de señalar, al menos, alguna línea.

El asunto, está dicho, es mundial. ¿Recuerda usted la final de la Eurocopa de Naciones? Ahí Cristiano Ronaldo zamarreó a Fernando Santos, su entrenador, participó en cambios y se paseó por la zona técnica. Portugal y el Real Madrid dependen mucho de él, tanto en lo futbolístico como en lo económico.

Más modestos, aunque en la misma línea, se ubica nuestro fútbol. Y aquí el fenómeno alcanza...

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