El orgullo nacional por lo alto: los edificios más grandes se trasladan a Asia y el Golfo - 24 de Agosto de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 456248494

El orgullo nacional por lo alto: los edificios más grandes se trasladan a Asia y el Golfo

A primera vista, los datos que entregaba el analista estadounidense Fareed Zakaria en la versión actualizada de su libro "The Post-American World" parecían simplemente anecdóticos. Sin embargo, reflejaban claramente un cambio a escala mundial.

Es que hoy la tendencia se mantiene cada vez con más fuerza, porque los rascacielos más altos del mundo hace tiempo que no se encuentran en Estados Unidos o algún país europeo.

Es cierto, en 2012 se inauguró el Shard en Londres y el próximo año debiera estar terminado el One World Trade Center en Nueva York. Pero hoy las torres más imponentes y modernas -símbolo de la prosperidad económica y el orgullo nacional- hay que buscarlas en China y los países del Golfo Pérsico.

Grandeza china

A comienzos de agosto se instaló la última viga de la Torre de Shanghai, que con 121 pisos y 632 metros de altura hoy es el rascacielos más alto de China y el segundo a nivel mundial, superado solo por el Burj Jalifa, en Dubai, de 828 metros.

La inauguración de la Torre de Shanghai está programada para 2014. Y se sumará a la Torre Jin Mao y al Shanghai World Finance Center, todos ubicados en el distrito financiero de Pudong.

"Esto se trata de prestigio nacional; el simbolismo es importante en China", dice a "El Mercurio" Andrew Scobell, analista especializado en temas del noreste de Asia, de la Rand Corporation. "El símbolo más perdurable de la pasada grandeza de China es la Gran Muralla. Y tal vez uno de los símbolos más prominentes de la actual situación mundial de China -por lo menos entre sus propios líderes- sean la altura y grandiosidad de sus rascacielos".

China es la segunda economía más importante del mundo, después de EE.UU. Con sus casi 1.400 millones de habitantes, es además el país más poblado. Y también es potencia nuclear y espacial. Por lo tanto, tiene lógica que todo ese poder y prosperidad se vean reflejados en la competencia por tener el mayor rascacielos del planeta.

El valor de la mano de obra y el terreno, una alta concentración de capital, leyes favorables a este tipo de proyectos y tecnología de punta son los elementos que se combinan para construir estos gigantes.

"Esto busca impresionar a la gente y demostrar que 'el socialismo con características chinas' es una forma dinámica de capitalismo", asegura James Dorn, analista especializado en China del Cato Institute, de Washington. "Además, con su altísima densidad poblacional, tiene sentido que China construya hacia arriba, tal como lo ha hecho...

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