La operación que transmitió para Chile la llegada del hombre a la Luna - 14 de Julio de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 798792893

La operación que transmitió para Chile la llegada del hombre a la Luna

"Estábamos aterrados", recuerda Andrés Bravari (74). Hace 50 años, él y un grupo de jóvenes ingenieros de la Universidad de Chile, reclutados en sus salas de clase por la naciente Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel), enfrentaban el mayor desafío de sus vidas: traer a Chile la transmisión televisiva de la llegada del hombre a la Luna.Si el veinteañero equipo que la estatal formó para poner en marcha la primera estación satelital de Latinoamérica en Longovilo, Melipilla, hacía bien su trabajo, los hogares que tenían un televisor en sus casas serían testigos de la hazaña del Apolo 11, algo que centenares de millones de personas esperaban con ansiedad, asombro y no poca incredulidad.Bravari y sus compañeros -como Alejandro Ulloa y Hardy Schmidt- tenían a su favor la capacidad de Longovilo, estrenada solo un año antes. Hasta 1968, los chilenos apenas podían hacer un puñado de llamadas telefónicas internacionales al mismo tiempo. "Éramos un país pobre, de tercera", explica Bravari. Solo había seis u ocho circuitos de onda corta provistos por la estadounidense ITT, agrega. "Y eso era todo... había que pedir hora para llamar a larga distancia".Inaugurada por el entonces Presidente Eduardo Frei Montalva, Longovilo no solo multiplicó la capacidad de llamadas internacionales. "El gran chiche era que podíamos abrir un canal de televisión con otras estaciones corresponsales para traer programas específicos", dice el ingeniero.El apetito por algo mayor se abrió cuando la NASA confirmó que el módulo "Águila" estaría en condiciones de alunizar el domingo 20 de julio de 1969. Con ese dato, Chile se puso en carrera.Descolgados del planHace cinco décadas, las comunicaciones satelitales daban sus primeros pasos. Coordinados por Intelsat, una organización intergubernamental, los equipos eran ubicados en órbitas geoestacionarias (fijas) o móviles para proveer señales a diversos países.Varias unidades de los satélites Intelsat I e Intelsat II fueron lanzadas al espacio entre 1965 y 1967. En 1968 fue el turno del más potente Intelsat III F-1, cuyo envío sobre el océano Atlántico falló, dejando a clientes como Chile con la única opción de conectarse con el más antiguo y menos potente Intelsat II para ver el alunizaje."Ahí, claramente, no cabía la televisión", advierte Bravari. Por eso, Estados Unidos -que en medio de la Guerra Fría buscaba la mayor publicidad para la misión del Apolo 11- optó por recurrir a un satélite más nuevo, el Intelsat III F-4, que...

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