Más opciones, menos decisión - 24 de Julio de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 734569229

Más opciones, menos decisión

Un hombre y una mujer conversan en un bar. Acaban de conocerse en persona, gracias a Tinder. Él piensa lo de siempre: que ella es agradable, pero menos guapa de lo que se veía en las fotos. Ella piensa lo mismo de él. Mientras él aprovecha cada momento de distracción para revisar su teléfono -Tinder no para de ofrecerle opciones de posibles matchs-, ella recuerda lo difícil que fue ponerse de acuerdo a la hora de escoger un lugar para el encuentro: pasaron más de una hora cada uno buscando en TripAdvisor, en Zomato.com, en Atrápalo.cl, en Google y en los grupos de WhatsApp de los amigos. Finalmente, ninguno de los dos está conforme con el lugar escogido: hay mucho ruido y apenas pueden conversar. Quedan en volver a verse algún día en otro lugar. Miran sus teléfonos para escoger dónde. No llegan a ningún acuerdo.De vuelta en su casa, cada uno prende el televisor y entra en Netflix. Luego de más de media hora navegando, ella logra decidirse por una serie de las que están de moda, pero a los quince minutos empieza a pensar que de seguro se está perdiendo una buena película. Comienza a navegar otra vez, hasta que la rinde el sueño. No logra ver ni un capítulo completo. Él está igual de indeciso. Luego de ver cuatro fragmentos de filmes -un documental sobre el narcotráfico en Colombia, una cinta de los años 50 con Marilyn Monroe, una película simpática con Julia Roberts y una de acción con Tom Cruise- decide apagar el aparato y dormir.Él y ella son hijos de una nueva era, en la que decidir se hace cada vez más complejo, tanto en este tipo de situaciones del día a día como en asuntos más trascendentes: la elección de una carrera, un cambio de trabajo o incluso el matrimonio. Si un niño tiene que tomar unas tres mil decisiones al día, un adulto llega a tomar 30 mil antes de siquiera entrar a evaluar las opciones que surgen desde su teléfono. La gran cantidad de alternativas que hoy tenemos y que las nuevas tecnologías nos permiten descubrir, aumentan la inquietante sensación de que siempre puede haber algo mejor que estamos dejando de lado. Esto es conocido por los especialistas en salud mental como FOBO, término que deriva de la expresión fear of better options (miedo de mejores opciones) y alude a la postergación prácticamente infinita de todo tipo de decisiones, en espera de una alternativa perfecta que, en rigor, nunca llegará. Es un concepto similar a FOMO (fear of missing out; miedo a quedar fuera), pero de diferente naturaleza, porque este...

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