Una opción peligrosa - 7 de Noviembre de 2011 - El Mercurio - Noticias - VLEX 330525478

Una opción peligrosa

Según la prensa local, el Premier israelí, Benjamin Netanyahu, estaría en minoría dentro de su gabinete de 15 miembros sobre la decisión de destruir las construcciones iraníes que albergan los desarrollos nucleares. Quienes se oponen saben que Teherán no exagera cuando advierte que su represalia sería "aplastante" y con "pérdidas enormes" para los israelíes.Varios altos funcionarios militares y de la inteligencia israelí comparten estas aprensiones.

Israel e Irán tienen una larga historia de enemistad, pero hasta ahora nunca han llegado a un enfrentamiento armado. La retórica del Presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, ha hecho mucho por exacerbar los temores israelíes, pues en repetidas ocasiones ha llamado a destruir el Estado de Israel, al cual no reconoce el derecho a existir. Al mismo tiempo, su gobierno financia activamente a los movimientos radicales islámicos Hezbollá y Hamas que operan en Líbano y en la Franja de Gaza, respectivamente, considerados una constante amenaza por los israelíes.

Para Israel es clave que la comunidad internacional detenga el programa iraní. Según una encuesta del miércoles pasado, el 40 por ciento de los israelíes preferiría eliminar el problema de raíz, como se hizo con Irak en 1981, y Siria en 2007, con sendos ataques aéreos a sitios nucleares, pero los mil 500 kilómetros que lo separan de Irán y la dispersión geográfica de las instalaciones iraníes (algunas de ellas subterráneas) hacen muy arriesgada esa operación.

Irán, que es firmante del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), ha desafiado por años a las potencias occidentales que mediante sanciones internacionales económicas buscan mantener controlado su desarrollo atómico, que según el régimen tiene fines civiles. Por eso, la agencia de la ONU pretende que Irán acepte, al menos, inspecciones que garanticen que no se desviará material para construir bombas.

Los palestinos y la Unesco

En el otro frente abierto de Israel, el de los palestinos, la semana pasada el gobierno marcó un hito al anunciar que seguirá construyendo asentamientos en los territorios ocupados, como respuesta a la incorporación de Palestina como miembro de la Unesco.

Israel está consciente de que su política de expandir las colonias no es aceptada, e incluso condenada, por la comunidad internacional. Sin embargo, es uno de sus recursos más utilizados, pues sabe que su presencia en esas zonas complica la solución que inevitablemente llevará a la creación del Estado Palestino.

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