Ollas comunes de siete tenedores - 18 de Julio de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 846535239

Ollas comunes de siete tenedores

Fue hace un mes y medio que Mauricio Pérez, 46 años, cocinero, dueño de Casa Kiltro, un restorán de comida chilena ubicado en calle Portales, en el Barrio Yungay, sintió que ya no podía asumir los costos de regalar la comida que preparaba en su local. Pero tampoco estaba dispuesto a no hacer nada.-Empezó a ocurrir que más y más gente pasaba por aquí preguntando cuánto costaba un plato. Tres mil novecientos pesos, les decía yo. Y me contestaban, no me alcanza. Entonces les preguntaba: "¿Cuánto tienes?". Dos mil pesos, me respondían, y somos tres. Yo les daba la comida igual, pero después de una semana claramente no te da. Ahí entiendes que tus costos no están para eso -dice.Mauricio Pérez se acuerda de cuando tenía 18 años y estudiaba Gastronomía en Inacap. Esa época le fallaron los trabajos en Valdivia, y de un día para otro se quedó sin nada. Fue una semana, relata, donde durmió en el terminal de buses, en un servicentro y una noche en la casa de unos amigos.-Hay cosas que te marcan. Por eso yo quería ayudar. Ver a la gente con cara de vergüenza me partía el alma.Y así empezó.Es el segundo sábado de julio y Héctor Bravo, 64 años, como todos los días del último mes, está parado afuera del restorán Casa Kiltro con su vianda de metal en la mano, a la espera de su turno para recibir su plato de comida del día. Hoy hay estofado de panita de pollo.-A mí al principio me daba vergüenza ir a pedir, pero cuando uno necesita algo, tiene que olvidarse de la vergüenza, nomás -dirá al teléfono unos días más tarde.Hasta marzo pasado, Héctor Bravo trabajaba como guardia de seguridad en el Parque del Recuerdo. Ganaba 400.000 pesos. Eso, más la pensión de 214.000 pesos que recibe, le servía para vivir relativamente tranquilo. Pero producto de la pandemia perdió su empleo en el cementerio y se quedó solo con su pensión.-Pago un arriendo de 180.000 pesos por una pieza, me quedan 34.000 para vivir en el mes. No me alcanza para nada -se lamenta.Bravo era mecánico y tenía un taller en una casa en Renca, pero hace 15 años se separó y dejó de ver a su familia y también de trabajar con autos. Dice que no recibe ninguna ayuda estatal porque no cumple con los requisitos, por lo que los últimos cuatro meses han sido "muy duros".-Me conseguí un triciclo, así que desde marzo salgo a ver si es que puedo hacer algo. Si encuentro un fierro por ahí lo recojo y lo vendo. A veces hago mil o dos mil pesos al día, a veces nada. Es a la suerte.A Casa Kiltro llegó a mediados de mayo, por un dato. Desde entonces, no ha dejado de ir.-Don Mauricio (Pérez) es maravilloso, es un gran apoyo. Además, es bien amable: pasa la comida como si uno se la estuviera comprando, le agradezco mucho esos detalles.Primero fue un plato de arroz con huevos. Con el estallido social, Juan Cataldo (66), dueño del restorán Chiloé en tu Mesa, ubicado en calle Sotomayor, vio que mucha gente estaba sin trabajo y decidió, junto a su esposa, reponer ese plato único que le recuerda la crisis de hambre de los 70.-A partir de noviembre del año pasado, pusimos el arroz con huevo a mil pesos y por cada persona que compraba uno le dábamos otro a quien lo pidiera. Creo que para harta gente fue de mucha ayuda.No terminó ahí. Hace un mes y medio, no recuerda bien si fue un martes o un jueves, que son los días en los que él va a la feria, se dio cuenta que los coleros -personas que se instalan a vender al final de la ferias oficiales- se habían triplicado.-Cuando pasa eso es que hay muchas personas que no tienen ni para comer, porque la gente empieza a vender sus pertenencias y eso es tremendo. A mí me encantaría hacer...

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