Objetivos puntuales - La idea de fin en el derecho penal - Libros y Revistas - VLEX 1027341548

Objetivos puntuales

AutorFranz Von Liszt
Cargo del AutorProfesor de la Universidad de Berlín (Alemania)
Páginas77-81
77
LA IDEA DE FIN EN EL DERECH O PENAL
VI
OBJETIVOS PUNTUALES
Cuando intentábamos ganar, bajo la guía de la idea de adecua-
ción a fin, las formas y la medida de la pena de protección, hubimos
de dejar de lado la pena de retribución. Volvamos ahora a ella. Si
bien el principio de la igualdad de valor entre delito y pena nos
parece tan indudablemente insostenible como la inutilidad de la idea
de la justicia proporcional, con ello no ha quedado demostrado, en
absoluto, que la pena retributiva sea ni insostenible, ni inútil. ¿Aca-
so sea pensable otra forma, que se demuestre aceptable, tanto teóri-
ca como prácticamente? ¿Estará esta otra forma opuesta a la ade-
cuación a fin?
No pretendo responder decididamente a ambas cuestiones. La
única forma sostenible y fructífera de la pena retributiva es la pena
de protección. No se trata de nombres. Pero el contraste entre el quia
peccatum est y el ne peccetur debe ser reconocido de una vez por
todas en toda su vacuidad y su equivocación. Ello no vale tan solo
para el principio de la pena, sino también en relación al concepto
del ilícito penal, y también en relación al contenido y al ámbito de la
pena. Lo primero, creo haberlo demostrado; lo segundo, es hoy en
día opinión compartida; lo tercero, es fácilmente aceptable98. Al de-
lincuente debe retribuírsele según su valor para el ordenamiento ju-
rídico; su valor jurídico reside en la desviación del equilibrio de las
fuerzas que determinan la vida estatal, en la conmoción del ordena-
miento jurídico; conforme a ello, la retribución consiste en la recons-
titución del equilibrio, en el aseguramiento del orden jurídico. La
pena de protección es la pena retributiva. Tal es, así lo creo, también
el pensamiento fundamental de todas las teorías, de todas las espe-
culaciones metafísicas acerca de la esencia de la pena. El origen de
la división de opiniones radica en una conclusión equivocada. De
98 Cfr. también las indicaciones de Merkel, Zeitschrift, I, pág. 594.

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