Obama en Medio Oriente - 23 de Mayo de 2011 - El Mercurio - Noticias - VLEX 277277031

Obama en Medio Oriente

En general, las palabras de Obama consiguieron desagregar el problema de Medio Oriente y el norte de África en varios segmentos. Por una parte, las rebeliones exitosas de Túnez y Egipto alientan a Washington a apoyar esas demandas de democracia incluso con fondos frescos para que su transición no se hunda en la desesperanza económica. Para Egipto habrá un perdonazo de mil millones de dólares de deuda, además de otros mil millones de dólares en créditos.

En otro plano puso las revueltas de Bahrein, aliado de EE.UU., al que critica pero no le exige cambio de gobierno. Luego, otro aliado, Yemen, a cuyo líder cortésmente pide que cumpla su promesa de entregar el poder. Distinto es el caso de Siria, donde el régimen de Bashar al Assad ha sofocado en forma sangrienta las protestas opositoras. A él le exige hacer reformas o dejar el poder.

El punto central de este nuevo esbozo de política es buscar salida a lo que muchos consideran la verdadera causa de las tensiones entre el mundo musulmán y EE.UU.: el conflicto árabe-israelí. Hay resentimiento de los árabes por el incondicional apoyo de las sucesivas administraciones estadounidenses a Israel, y la indolencia de Washington cuando el gobierno israelí de turno sobrepasa los límites de los acuerdos.

En poco más de dos años en la Casa Blanca, Obama ha fracasado en plantear una solución de fondo para este conflicto. Quizás los esfuerzos desplegados en Irak y Afganistán sean la causa de la poca disposición que ha tenido el Presidente para involucrarse directamente. Sus enviados especiales y la secretaria de Estado Hillary Clinton han hecho algunos intentos que resultaron infructuosos, a veces por falta de voluntad de parte de los israelíes, otras por intransigencia de los palestinos.

Esta vez, Obama envió una señal de que sí tiene interés en que se avance en el proceso de paz, y rápido. Por primera vez hace explícita la condición de que la creación de un Estado palestino debe ser dentro de las fronteras previas a 1967, esto es, antes de la invasión israelí a Cisjordania y Gaza, en la Guerra de los Seis Días, que ha determinado la historia de estos 44 años. Devolver los territorios ocupados es un amargo trago para los judíos, y así lo hizo explícito Benjamin Netanyahu tras su reunión con Obama, el viernes. Reiteró lo dicho el día anterior: esas fronteras son "indefendibles". Y para los palestinos tampoco es una condición aceptable que su entidad nacional sea desmilitarizada, aunque a título transitorio.

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