Nuevos modelos matemáticos permitieron advertir del maremoto a 4 minutos del sismo - 18 de Septiembre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 582730698

Nuevos modelos matemáticos permitieron advertir del maremoto a 4 minutos del sismo

"El problema que tuvimos en 2010 es que nuestro principal sistema de detección de tsunamis consistía en una boya instalada más o menos a entre 350 y 400 kilómetros de la costa de Pisagua, pero los maremotos se producen a lo largo de la costa a no más de 100 kilómetros, donde está la fosa marina. Cuando se genera un maremoto se forman dos olas, una va a la costa y la otra se propaga mar adentro, y al momento que la boya percibía el tsunami , la primera ola ya había llegado hace rato a la costa", explica Jaime Campos, sismólogo y director del Departamento de Geofísica de la U. de Chile, donde funciona el Centro Sismológico Nacional.

Así el sistema permitía alertar a otras costas fuera de Chile, a Juan Fernández e Isla de Pascua, pero no alcanzaba a avisar sobre la primera irrupción de olas en el litoral.

No existía un mecanismo que permitiera predecir un maremoto en los cinco minutos posteriores al terremoto, tal como definen los protocolos del SHOA.

Esto fue resuelto en los últimos cinco años a través del desarrollo, por parte de expertos del Departamento de Geofísica, de dos modelos matemáticos analíticos que permiten interpretar los datos a partir de la información de las estaciones sismológicas y en función de la cercanía de la fosa oceánica. "Hicimos todos los cálculos y a los cuatro minutos, el SHOA contó con toda la información para poder tomar una decisión informada, y por eso la alerta fue mucho más rápida que la vez anterior", asegura Campos.

Sin embargo, reconoce que eso fue posible solo porque en la zona existía la instrumentación que entregó los datos necesarios para lograrlo. "Falta contar con los suficientes instrumentos a lo largo de Chile para cuando ocurra el próximo", dice Campos.

En comparación con el 27F, este terremoto fue cuatro veces menos energético. "Rompió alrededor de 230 kilómetros, en comparación con el de 2010, que fueron 500 km".

En cuanto a las réplicas, asegura que son las habituales luego de un terremoto de tanta magnitud y que deberían ir distanciándose y presentando menor intensidad. Aunque esa regla no necesariamente se cumple. "En Chile, por ejemplo, para el terremoto de 1960, el 21 de mayo ocurrió uno de magnitud 8,3 a 8,4, como el de Illapel, y 24 horas después vino el 9,5, el mayor registrado en el planeta hasta hoy. Lamentablemente nuestro país es un laboratorio natural para comprender los terremotos".

Si bien el tsunami causó daños, no fue tan agresivo como el de 2010, precisa Mauricio Fuentes...

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