Las nuevas clases de cocina
Pero no es así para Camila Moreno.
Por estos días, esta mujer -35 años, ex alumna de la escuela de gastronomía de Inacap, con cursos en el International Culinary Center de Nueva York- tiene lista de espera para el taller de cocina que bautizó como "El choripán perfecto". Es una clase en la que esta popular receta comienza desde cero: la marraqueta se amasa y hornea ahí mismo, y se hace el chorizo de manera casera. Los alumnos -hombres y mujeres en similar proporción- pican la carne, añaden condimentos, rellenan tripas, y luego las atan cuidadosamente, hasta que los embutidos queden del tamaño que desean.
En la Escuela de Oficios, una acogedora casa ubicada en la calle José Manuel Infante, en Providencia, Camila ofrece esta y otras clases de cocina, siempre centradas en el rescate de los procesos artesanales de antaño. Los alumnos -diseñadores, ingenieros, abogados, médicos, actores- aprenden hasta cómo germinar granos, para luego ponerlos sobre los panes que ellos mismos hacen.
La idea no es cocinar platos complicados, ni mucho menos aprender a preparar recetas sofisticadas para lucirse frente a los amigos. Lo que anima, tanto a la maestra como a sus aprendices, es mejorar su alimentación diaria, alejando el máximo posible de colorantes y preservantes. Así es como entienden lo que es una alimentación sana: lo opuesto a la comida industrial, a lo envasado.
-Incluso tengo alumnos que me dicen: yo no voy a preparar nada de esto en mi casa, lo que quiero es tener herramientas para elegir bien lo que como, para exigir calidad con argumentos -dice Camila. Y agrega:
-La gente está aburrida de comer mal. Es un fenómeno transversal, no necesariamente elitista. Hay mucha nostalgia por la comida de antes.
Cocina que no asusta
En las clases de cocina de hoy, la tónica es la cocina saludable, entretenida y de preferencia fácil, sin un exceso de ingredientes ni técnicas elaboradas. Una cocina apta para la vida ajetreada de estos días, que se aleja del ideal de "anfitriona perfecta" que se impulsó con las clases para sectores acomodados que surgieron en Chile en los años 90 y que tuvieron como ícono a la cocinera -no chef, como ella se apuraba en aclarar- Verónica Blackburn, quien murió en 2015. Se trataba en su mayoría de clases expositivas, cuyo objetivo era aprender nuevas técnicas y también tener a mano recetas sabrosas y novedosas. Saber cocinar se convirtió por esos días en un nuevo símbolo de estatus.
Para el historiador gastronómico Ricardo...
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