La nueva política - 10 de Julio de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 644783953

La nueva política

"...queremos que quede establecido por ley que no hay vuelta atrás, que Chile conquistó un derecho permanente que se irá concretando gradualmente".

La Presidenta se refería a la peculiar forma en que satisfizo la demanda de gratuidad universal que ella prometió y se empeñó en estimular.

Cuando se descubrió que la gratuidad para todos no sería posible porque los recursos no alcanzaban, en vez de confesarlo, se discurrió una notable e ingeniosa fórmula que evitaría reconocer el fracaso y permitiría, en cambio, decir que la promesa se cumplió, que sí habría un derecho permanente a la gratuidad. ¿En qué consiste ese notable artilugio, ese ingenio, ese invento que, de aquí en adelante, podrá adornar la actividad política aliviando el incomprendido quehacer de quienes conducen el Estado? Es relativamente sencillo: consiste en conferir un derecho (en este caso, la gratuidad) enumerando las condiciones fácticas (el crecimiento inimaginable del PIB) que si existieran permitirían ejercerlo. Es lo que hace el proyecto de ley. Confiere el derecho permanente a la gratuidad en un Chile que no existe, pero que podría existir.

Algo así como si usted da por cumplida su promesa de pagar un millón de dólares, declarando en una escritura pública bajo qué hipotéticas condiciones habría podido pagarlo.

Ha surgido, pues, en esta época carente de utopías, un invento que las sustituye: las leyes contrafácticas.

Las leyes contrafácticas son relativamente sencillas (y sorprende, por eso, que se hayan estrenado recién). Consisten en conceder algo sin reservas, pero bajo la condición de una realidad actualmente inexistente.

Ese tipo de leyes permitirán satisfacer todos los anhelos, incluso los más improbables, casi sin esfuerzo y solo con la indomable voluntad de la imaginación. ¿Prometió usted gratuidad universal y acaba de descubrir que los recursos no alcanzan? Sencillo. Establezca en la ley el derecho universal a la educación gratuita y prevea que se ejercerá cuando el PIB sea equivalente al de Japón. ¿Quizá usted quiere que los ciudadanos tengan derecho a un transporte público instantáneo? Muy fácil. Dicte una ley cuyo artículo primero establezca que todos los ciudadanos tienen derecho a un transporte instantáneo y cuyo artículo segundo explicite que él se ejercerá cuando la ciencia invente un mecanismo que permita hacerlo.

Entre las múltiples ventajas de las leyes contrafácticas se encuentra que permiten suprimir la incómoda...

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