Nueva Ley de Migraciones cambia esquema de residencia y no contempla amnistía masiva
"El Estado está un poco sorprendido", admite el jefe del Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior, Rodrigo Sandoval, respecto de la magnitud alcanzada por el fenómeno en los últimos años.
"Hay que cambiar la estructura de la sociedad chilena. No está acostumbrada a la diversidad, le cuesta asimilarla, y ahora el desafío más grande es la inclusión social", agrega el sacerdote Miguel Jacksic, director del Servicio Jesuita de Migración.
Ante esta realidad, y dado que la actual Ley de Extranjería data de 1975, el Gobierno está terminando de redactar un proyecto de Ley de Migraciones, que planea presentar al Congreso antes del 31 de enero.
"Vamos a ingresar un proyecto con un enfoque de derechos, que mire y converse con todos los tratados de derechos humanos que ha suscrito Chile", detalla Sandoval a "El Mercurio". Argumenta que la actual legislación tiene un enfoque administrativo y carece del sociológico o multicultural.
Esto se presta, según Yaksic, para arbitrariedades que deben ser corregidas.
Incentivar conductas
El proceso, sin embargo, no contempla una amnistía o regularización masiva, como la efectuada entre 2007 y 2008 -durante el primer gobierno de Michelle Bachelet-, y que benefició a 44.960 extranjeros.
"Nos parece que los procesos de regularización masiva son necesarios en determinados momentos en que las circunstancias así lo señalen, pero no somos partidarios de ellos", plantea Sandoval. En lugar de aquello, precisa, se incentivarán entre los inmigrantes conductas que les permitan acceder, por ejemplo, a visas laborales o de unión civil, en las que ya se ha avanzado.
La decisión no gusta entre los potenciales destinatarios.
"Nos parece que, si hay una nueva ley, tiene que empezar de cero, y para eso es necesario ese proceso de regularización migratoria. Tienen que documentarse nuevamente", dice Tatiana Albuja, una ecuatoriana con 25 años de residencia en Chile y que ejerce como secretaria ejecutiva del Movimiento Acción Migrante (MAM), que agrupa a ocho organizaciones de migrantes.
Uno de los principales cambios que trae el proyecto es crear un nuevo modelo de residencia con dos opciones: de largo plazo o de corto plazo.
El objetivo, explica Sandoval, es "hacernos cargo de la realidad, porque no todas las personas que vienen a Chile lo hacen por largo plazo o con intención de residir". Actualmente, cuando un extranjero ha permanecido más de dos años en Chile debe pedir una residencia permanente...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba