El sueño de una nueva democracia en Medio Oriente - 18 de Febrero de 2011 - El Mercurio - Noticias - VLEX 251181690

El sueño de una nueva democracia en Medio Oriente

Los pueblos del Medio Oriente abandonaron hace tiempo la esperanza de una posibilidad de cambio. Se sintieron condenados a vivir bajo dictadores que se han apoderado de su riqueza y han aplastado la disidencia; a tener como alternativa sólo a los islamistas que han impuesto sus severas creencias... y han aplastado la oposición. En algunos lugares los autócratas y los islamistas se han fundido en uno solo. Pero en ninguna parte un pueblo ha podido elegir, con total libertad, cómo quiere que sea su gobierno. Y Occidente se ha rendido a esta desesperanza al asumir que sólo estos hombres fuertes podían tener a raya a los extremistas.

Hace dos meses el tunecino Mohamed Bouazizi prendió fuego a estas ideas preconcebidas cuando, desesperado por la autoridad prepotente y la falta de trabajo, se empapó con petróleo y encendió un fósforo.

Los tunecinos y, más tarde, los egipcios se volcaron a las calles. En forma milagrosa, el pueblo aplastó a los dictadores que lo habían oprimido por décadas.

En los últimos días decenas de miles han protestado en Teherán, desafiando los apaleos y arrestos. En la minúscula Bahrein murió gente en enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes. En Libia, multitudes se rebelaron contra un temible dictador. Jordania se ve sombrío, Argelia inestable y Yemen, agitado.

Destino predicho

Los islamistas radicales han sido por largo tiempo los supuestos revolucionarios del mundo árabe, pero estas luchas no les pertenecen. En una región que se había descompuesto bajo la represión, una generación joven de repente sacó la voz. Está intoxicada con la posibilidad de un cambio.

Como sucedió con la caída triunfante del comunismo en Europa en 1989, o incluso sus fallidas revoluciones de 1848, un levantamiento de esta magnitud puede transformar las sociedades. ¿Qué significa eso para los islamistas, los hombres fuertes y el mundo?

Las respuestas empiezan en Egipto. Los pesimistas ven que el poder popular se está extinguiendo incluso ahora. A medida que las calles de El Cairo van quedando vacías, la esperanza de una democracia genuina morirá, advierten ellos, y como siempre se establecerá lo inevitable. Una vez más se dejará que Egipto elija entre la autocracia militar y un golpe electoral subrepticio de los Hermanos Musulmanes.

Uno u otro resultado es posible. Egipto es joven, está enojado y es pobre. La prensa del país sólo hace poco reafirmó su independencia. Tiene poca historia de disidencia individual y ninguna tradición...

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