Aumentan en forma notoria las ballenas jorobadas en el estrecho de Magallanes - 19 de Abril de 2011 - El Mercurio - Noticias - VLEX 272759315

Aumentan en forma notoria las ballenas jorobadas en el estrecho de Magallanes

Uno, después dos, tres chorros de agua en el horizonte son el primer indicio de la presencia de ballenas jorobadas o yubartas en el frío entorno de la isla Carlos III, en pleno estrecho de Magallanes.

A medida que la motonave Forrest toma rumbo hacia ellas, la expectativa aumenta entre los científicos, autoridades de gobierno -entre ellas, la ministra de Medio Ambiente- y periodistas que llegamos aquí para conocer en directo la recuperación que ha experimentado la especie. Es miércoles 13, primer día de observación de abril del proyecto que impulsa, desde 2010, la Fundación Biomar y Petrobras. La iniciativa busca determinar la distribución en el espacio y el tiempo de la ballena jorobada e identificar medidas de manejo para el ecoturismo.

Tras un largo período de ausencia debido a la caza descontrolada, el animal volvió a avistarse aisladamente en la zona a partir de la década de los 90.

Los registros aumentaron especialmente en el área de la isla Carlos III, paso obligado en la ruta al Pacífico desde Punta Arenas. La zona, se comprobó posteriormente, es muy rica en los nutrientes necesarios para la alimentación del animal.

Su creciente presencia motivó en 2003 la creación del área marina costera protegida (AMCP) Francisco Coloane, de 67 mil hectáreas, con el objetivo de resguardar el borde costero. También se creó un parque marino, de 1.500 hectáreas, dentro del AMCP para conservar las áreas clave de alimentación de la ballena y también las de reproducción del lobo marino y pingüino de Magallanes.

El esfuerzo de conservación valió la pena. Desde la creación de la zona restringida se han avistado más de 100 ejemplares diferentes de ballenas.

Rastro de espuma

Nos subimos a un zodiac para obtener mejores imágenes del imponente animal. La clave es seguirlo, pero nunca bloquearle el paso. Para nuestra seguridad, todos llevamos chalecos salvavidas, aunque ellos no nos aseguran sobrevivencia si caemos a las gélidas aguas .

Repentinamente se escucha un resoplido y, 10 metros más adelante del bote, aparece la aleta dorsal de una ballena que va dejando una estela de espuma a medida que se desplaza. Tras lanzar unos cuantos chorros, finalmente se sumerge exponiendo su aleta caudal (de la cola), verdadera huella digital de estos animales. "Representan un patrón particular que es único para cada individuo y con él uno va armando su historia de vida acá", explica el...

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