Noches largas y mañanas tristes - 18 de Julio de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 578434614

Noches largas y mañanas tristes

El ambiente al interior de La Moneda debe ser parecido. Con una gran diferencia: la farra se la pegaron otros y la resaca y el entrenamiento lo van a tener que enfrentar los que llegaron.

Los primeros arribaron con cara de juerga, brindando arriba de una retroexcavadora, blandiendo en ristre el programa. Era como ese comercial de una tarjeta de crédito que tenía superpoderes para aplacar cualquier reclamo. Si la suegra alegaba por la tele, paff¡¡¡: tarjetazo; si el hijo pedía bicicleta, paff¡¡: otro tarjetazo. Y así con el programa se aplacaba todo intento de reclamo. Si a usted le parecía mal hecha la reforma tributaria, paff: "programazo", como quien le pega con el diario a un perro. Pero como toda farra, el tiempo transcurre inexorable, empieza a amanecer, el maquillaje se desvanece, el copete empieza a saber mal, la belleza de las bailarinas es opacada por el hedor a alcohol y la luz matinal desnuda nuestra naturaleza imperfecta.

Ahí es cuando llega la dueña de casa; la gente del aseo y uno que otro apoderado que viene a buscar a sus querubines que desfallecieron en un coma etílico. Llegó la Caballería tocando la corneta. Lo mismo ha pasado en La Moneda. Burgos y Valdés han tomado la conducción de la retro para echarle tierra al programa. Cuales tramoyeros incansables, tienen que limpiar el desastre que la diletancia e irresponsabilidad de sus predecesores les dejaron. Los ternos de Atilio, al hoyo de la retro; los amigotes en buenas pegas estatales, a ganarse la vida al sector privado; la reforma tributaria a revisión para simplificarla y arreglarla.

La educación "gratuita y de calidad" en todos los niveles se transformó en un "presente griego" o "a la griega", pero sin alemanes que la financien. Ahora hay que ver cómo abandonar esa idílica utopía, imposible de implementar, porque no se puede financiar, y no hay ninguna seguridad de que el Estado pueda administrar y generar calidad como pretende.

La idea de los derechos sociales que nacen de nuestra calidad de ciudadanos está muriendo en el altar de las libertades personales y el sentido común. Son derechos que posan de progresistas, pero son retrógrados y antilibertarios. Los derechos sociales suponen exigir y obligar a que los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR