'Yo no voy a renunciar a acreditar mi inocencia hasta el final'
-¿Cómo ha vivido este período?
-Ha sido muy duro, con etapas de soledad, de dolor, de desilusión. Me he cuestionado muchas cosas: de cómo las hice, si las pude hacer mejor, por qué las hice mal, por qué cometí errores. Después de la formalización, me encerré en mi casa acompañado de amigos, de mi familia, de mi mujer y mis hijos, que se han portado de forma maravillosa.
-¿Cómo es el arresto domiciliario? Porque hay quienes pueden decir "claro, está en arresto domiciliario en San Damián...".
-Un día viernes, a la 1:30 de la mañana, un hijo mío fue a parar a la clínica y no lo pude llevar. Mi hijo Hermancito, de 6 años. Y eso es algo que me destrozó, el no poder ser papá en ese minuto. La vida, puede estar en San Damián, puede estar en donde sea..., se te detiene.
-¿Seguirá dedicado a lo mismo?
-No lo sé. Ser síndico de quiebras como era hace un año atrás creo que no es el camino, no me veo soportando las fiscalizaciones que he tenido; ha sido un desgaste personal tremendo. A mis clientes de abogado de toda la vida los sigo atendiendo. ¿Quiebras? No sonó nunca más el teléfono.
-¿Cómo financió el pago a la familia Weisner?
-Eché mano a mis ahorros. Y se fue la casa de la playa. Así se financió.
-¿Usted sigue a cargo de las sociedades a través de las cuales se administra el patrimonio familiar?
-No, lo dejé. Ese fue un mandato que recibí de mi abuelo el año 96. Fui su partidor, administrador de todos sus bienes. Creí que esto era misión cumplida. Mi abuelo Herman me guió para que fuera abogado, que me especializara en administrar patrimonios. Él me tomó de la mano. Creo que llegó el minuto de andar solo ya.
-¿Cómo ha sido la relación en estos días con su padre?
-Con mi papá he trabajado toda mi vida. Me ha apoyado mucho. Ha sufrido mucho, igual que mi mamá. Me ha dicho que vamos a salir adelante, que vamos a hacer cosas juntos, que la vida no se detiene acá. Es fuerte estar en la cima de una actividad y de un día para otro, no estar abajo, sino desaparecer. Fue una bomba nuclear salvaje. Pensé mucho en eso este tiempo, hice mucha autocrítica. En el éxito, cómo pasé por arriba de muchos, cómo me equivoqué. Y la pagué y la estoy pagando. Yo me acostumbré a ser un hombre exitoso y no estaba preparado para enfrentar el fracaso.
-¿El ex Presidente Piñera lo llamó en algún minuto?
-Sé que ha estado muy preocupado por mí. Es un gran tío.
"Hoy todo es sospechoso, todo huele mal. El que tiene un apellido, un nombre, una posición... La gente está esperando oír 'Chadwick se robó la plata, Chadwick es culpable'. No es así, no les puedo dar el gusto".
"FUTURO LABORAL Estoy viendo el día a día, pero ser síndico de quiebras como era hace un año atrás, creo que no es el camino".
"Fuera la nuera de la Presidenta o un sobrino del Papa, yo no podía no venderle a Caval"-¿Cómo conoció a Caval?
-Caval llega en abril de 2013 a mi oficina. Llegan Mauricio Valero con Juan Díaz. Valero me dice que tiene interés en el terreno y que quieren hacer una oferta. Hace la oferta el 13 abril; esa oferta se les rechazó, porque no conocíamos a Caval, no venía con una carta de un banco que los acompañara.
-¿Cómo se presentó Mauricio Valero? ¿Le dice que es socio de Natalia Compagnon?
-No, que tenía una sociedad de inversiones, negocios de distinto tipo y que tenía interés en el terreno. Como a él, uno recibe a cientos de personas al año que tienen interés de comprar activos. Él volvió en julio con una carta de un ejecutivo del Banco Santander manifestando el interés de financiar el terreno. Les contestamos que las condiciones para cerrar el negocio eran 0,6 UF, que era el precio al que la familia Wiesner estaba dispuesta a vender. Después anunciaron que se cambiaban de banco. Y a principios de noviembre llegó una carta del Banco de Chile diciendo que se les aprobó un crédito por el total del valor del terreno. El convenio ya se había prorrogado por un año; había vencido en marzo de 2013. O se vendía o se vendía, y la oferta tenía el financiamiento por el 100% aprobado por el Banco de Chile. Los bancos acreedores jamás le van a decir que no a eso, sea quien sea el dueño de Caval.
-¿En qué minuto usted se...
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