¿Por qué yo no resucité? - 4 de Abril de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 863351071

¿Por qué yo no resucité?

Pedro y Juan corren en dirección al Calvario, después de que María Magdalena les informa que el cuerpo de Jesús no está en el sepulcro.Años después, Juan escribirá que "llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró" (Juan 20, 4-5). Esperó que llegara Pedro, que sí "entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte" (Juan 20, 6-7).No han sido testigos directos de la resurrección -nadie lo fue-, pero se encuentran en el mismo lugar donde Jesús fue enterrado y su cuerpo efectivamente no está. Cuando escribe su evangelio, Juan recuerda que "vio y creyó" (Juan 20, 8). En ese momento es consciente de que "hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos" (Juan 20, 9).Efectivamente, después de la resurrección se iluminan las escrituras y vemos que del Señor "dan testimonio todos los profetas" (Hechos 10, 43). Además, los judíos creían en la resurrección de los cuerpos, había sido revelado progresivamente por Dios a su Pueblo (cfr. Catecismo nº 993).A esta convicción, Jesús aporta una novedad revolucionaria cuando afirma: "Yo soy la resurrección y la vida" (Juan 11, 25). La resurrección cristiana es Él mismo: "Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él" (Colosenses 3, 4).Para Pedro, Juan y para mí, dos mil años después, ¿qué significa "cuando aparezca Cristo"? Es el triunfo del Señor en nuestra vida o que Él sea nuestra vida.Pedro y Juan nos dirían que su vida fue "gloriosa" gracias a esas sucesivas resurrecciones, anticipos todas ellas de la definitiva, cuando estemos "juntamente con Él" por toda la eternidad.San Pablo nos recuerda que resucitaremos con Cristo, "si hemos sido incorporados a él en una muerte como la suya" (Romanos 6, 5). En otras palabras, para resucitar de verdad, hay que morir de verdad: "Porque quien ha muerto, ha muerto al pecado de una vez para siempre" (Romanos 6, 10).Las sucesivas conversiones "que hacen" nuestra vida cristiana son auténticas resurrecciones, como la del hijo prodigo: "Ese hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a...

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