No se puede volver a casa - 20 de Noviembre de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 915048269

No se puede volver a casa

Detrás del escritorio en que escribo estas líneas, hay una foto donde Martin Scorsese mira a la cámara de soslayo, mientras sujeta con su mano izquierda una libreta de notas. Luce delgadísimo y en su barba asoman numerosas hebras blancas; sus ojos apuntan al lente con evidente tensión, como si estuviese a punto de dar media vuelta, listo para ocultarse en la oscuridad. A sus 41 años, el hombre de la fotografía poco tiene que ver con el maestro que el jueves pasado celebró su 80º aniversario con una gran fiesta rodeado por cientos de amigos y colaboradores, mientras la comunidad cinéfila al completo lo consagraba en vida como figura central del panteón cinematográfico, un grande entre los grandes del séptimo arte, etcétera.El artista en esa foto -sacada por el británico Steve Pyke, en Londres, 1984- es un sujeto bajo asedio, alguien que todavía está lamiéndose las heridas producidas por el fiasco de "El rey de la comedia", estrenada ante mínimo público el año anterior y rápidamente seguida por un desastre aún mayor: la fallida producción de "La última tentación de Cristo", con Aidan Quinn en el rol estelar, cancelada apenas unas semanas antes del inicio del rodaje. El Scorsese de la imagen que ahora mismo tengo entre las manos está demolido, al borde de la quiebra, recién divorciado de Isabella Rossellini y manteniendo tres hijas de un par de matrimonios anteriores. En privado les ha comentado a unos cuantos cercanos que posiblemente volverá a hacer clases en su alma mater , la NYU, y si la cosa no mejora, es bien probable que se vea obligado a liquidar "sus tesoros": su preciada colección de películas en 35 mm y pósteres originales. Quizás siga la ruta de Roberto Rossellini, el suegro cuyas películas veneraba, y se marchará a Italia a filmar miniseries sobre las vidas de los santos para la televisión. Lo está pensando muy en serio.Mirada en perspectiva, la suya no era una posición muy distinta a la que enfrentan los diversos desesperados de su filmografía: Jake La Motta empeñando las joyas de su cinturón de campeón, en "Toro salvaje" (1980); Eddie Felson, estafado por un truhán en un billar de tercera, en "El color del dinero" (1986); el abogado Sam Bowden, que observa impotente cómo un cliente descontento echa abajo su práctica, su familia y hasta su hombría, en "Cabo de Miedo" (1991); la condesa Elena Olenska, que apuesta sus últimas fichas a un amor maniatado, en "La edad de la inocencia" (1993), o Jimmy Hoffa, dando manotazos de ciego e...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR