'No me parece que el gobierno esté a la altura del desafío que tenemos'
Y es precisamente ese desafío el que deben abordar líderes políticos, sociales, públicos y privados.
-Usted ha sido ministro de Gobierno, ¿cómo evalúa la actuación del Ejecutivo en el caso Caval?
-En todos estos asuntos, lo que llamamos el caso Caval, el Pentagate y todos los "gate", no son otra cosa que síntomas de algo que va mucho más allá de una coyuntura específica. O sea, estamos dentro de un problema mucho más profundo que estas cosas que están aflorando tanto del lado del Gobierno como de la oposición, pero también en la empresa y en la sociedad civil. Son manifestaciones de que las formas tradicionales de gobierno, la idea de que hay un gobierno que es el Poder Ejecutivo que es el que conduce a la sociedad, ya no funcionan. Ese es el trasfondo importante de lo que está ocurriendo hoy en Chile.
-¿Usted dice que la actual forma de gobierno no funciona?
-Cada vez se está hablando más de un término traducido del inglés, que es pasar del gobierno a la gobernanza democrática. O sea, que los gobiernos tal como los concebíamos hasta ahora, como el vértice de una pirámide que desde arriba podían conducir, es una visión demasiado simplista. A lo que hay que responder hoy es a fenómenos que dan lugar a la "gobernanza democrática" que tiene mucho más que ver con relaciones, con redes. No es solo el Gobierno, ahora parte de la gobernanza tiene que ver con los empresarios -grandes y pequeños-, la sociedad civil, la calle, los organismos no gubernamentales, los medios de comunicación. Estas nuevas formas utilizan instrumentos mucho más variados para relacionarse como redes, mercados y solidaridades. Y ahí pueden existir riesgos como tráficos de influencia, uso de información privilegiada, intercambio de favores y mal uso de posiciones de poder.
-¿Cómo se hace el tránsito de un cambio de forma de gobierno y cómo se evitan esos riesgos que menciona?
-En el día a día, la transición de esta forma de gobierno tradicional que ya no funciona, y esta nueva forma emergente que todavía no logra aparecer, tiene que ser articulada, conducida, pensada y guiada básicamente por el Gobierno y hay que saber combinar esos dos planos. El plano de los procesos específicos, que tiene que ver con posibles infracciones legales, con delitos, con comportamientos contrarios a las normas legales, y el plano de ir construyendo estas otras instancias que nos permitan pensar mucho más a fondo cómo vamos a construir un Estado que sea capaz de recuperar legitimidad en todos sus...
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