'No me extraña el rechazo y pone de manifiesto cuán mal conducido y peor pensado ha sido el proceso'
Ahora -luego que los diputados de la comisión de Educación rechazaran la idea de legislar la iniciativa- afirma que hay que "recuperar la tranquilidad intelectual y diseñar una reforma en fases", donde primero se cree una Superintendencia y se discuta el financiamiento a la docencia e investigación. Luego, propone abordar el avance de la gratuidad.
-¿Era previsible el revés que sufrió la reforma en la comisión?
"No me extraña el rechazo, y, aunque resulte transitorio, pone de manifiesto cuán mal conducido y peor pensado ha sido este proceso. No solo hubo nueve meses para negociar con la Nueva Mayoría; ha habido casi cuatro años para diseñar un proyecto que orientara el sistema de educación superior hacia mayores niveles de desarrollo; pero nada de eso ha ocurrido (...). Es de esperar que este nuevo tropiezo -ha habido varios al extremo que el Gobierno parece haber adoptado una estrategia de ensayo y error- sirva para recuperar la sensatez y ayude a un esfuerzo de racionalidad que evite dañar el sistema, y de paso el prestigio del Mineduc, que ya está bien maltrecho".
-El Mineduc anunció los cambios que hará al proyecto si se aprueba en general. ¿Ve usted mejoras?
"El gran problema de estas reglas es que confirman la posición de las universidades estatales, con su Aporte Fiscal Directo (AFD), confirman la posición del G9 (las no estatales del Consejo de Rectores) con AFD, y confirman la posición de las universidades creadas después de 1981, que carecen de AFD, incluso si están en gratuidad. En otras palabras, lo que hace este proyecto de reforma no es reformar, sino reiterar la fisonomía del sistema. Entonces, hemos estado cuatro años en un debate que ha sobresaltado al sistema universitario, que lo ha tenido en un permanente desasosiego, con discursos encendidos, diagnósticos dramáticos, para llegar al mismo punto donde estábamos".
-¿Por qué cree que se llega a ese punto?
"Porque el Gobierno ha tomado dos caminos para la reforma, ambos inadecuados en mi opinión. Uno es el camino del rediseño global, que fue el inicial. Y el otro, que es por el cual parece haberse inclinado, que es la suma de intereses corporativos del sistema. Satisfacer a las estatales, al G9, y dejando a las universidades privadas -en gratuidad o no- al garete. Quizás este es el segundo gran defecto (de la reforma). Se omite cualquier tratamiento específico a las privadas creadas después de 1981".
-El Mineduc propuso un proyecto para las universidades estatales. ¿Le...
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