'Yo no nací para ser escritora' - 7 de Mayo de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 434887802

'Yo no nací para ser escritora'

-Tenía veinticuatro años y comenzaba a escribir en The New Yorker una columna que tuvo éxito. Yo no sabía aún que podía escribir, no sabía que dentro de mí había una escritora. Eso llegó con el tiempo y me costó asumirlo. Imaginé que mi familia y la gente de la isla de Antigua, donde nací, no iban a entender. No quería que me criticaran. Decidí escribir en forma anónima.

Veinteañera y dividida entre su pasado caribeño de niña pobre en una isla y su presente en Nueva York en los años setenta, Elaine se transformó, paulatinamente, en Jamaica Kincaid. De infancia solitaria y contestataria -fue muy apegada a su madre hasta que nacieron sus tres hermanos- la escritora se hizo adolescente luchando contra una permanente sensación de aislamiento en su vida. Y rebelándose. "En mi infancia, nunca estaba donde debía estar. Los mayores me reconocían como a una niña despierta, pero les daba trabajo".

Creció sintiéndose aislada. No solo porque Antigua era una isla en medio del Caribe, sino porque el nacimiento de sus hermanos menores le arrebataron su bien más precioso: la estrecha relación con su madre. Jamaica nunca se repuso. Los estudiosos de su obra han dicho que el conflictivo eje madre-hija ha sido capital en su voz literaria. Y ella ha dicho:

-Amo los libros debido a mi madre, a ella le debo esta pasión. Me enseñó a leer a los tres años y medio, y a los siete, me dio un diccionario Oxford. Hasta hoy creo que a veces escribo con su voz.

Había nacido en 1949 en una familia pobre y fue una niña perspicaz y de inteligencia precoz, considerada superdotada desde sus primeros años. Sus profesores se desilusionaban, ha contado ella, cuando la Elaine de la época resultaba tercera en su curso: anualmente era la primera o la segunda. Vivía con su mamá y su padrastro en una casa que, a pesar de la pobreza de medios, ella no sentía como precaria.

Desde Vermont, Nueva Inglaterra, donde reside hoy, cuando ya acumula más de veinte libros entre novelas, cuentos y ensayos, la escritora hace reminiscencias de su infancia:

-Mientras crecía, no tenía ninguna conciencia de nuestra pobreza. Si se dice que uno es pobre porque en su casa no hay agua corriente ni electricidad, me gustaría decir que cuando la reina Victoria era una niña, carecía de las mismas cosas. Siempre tuvimos suficiente comida y ropa bonita, pero una vez me enfermé de tos convulsiva y paperas. ¿Era esto pobreza? Seguramente: crecí como pobre. Cuando me dio fiebre tifoidea vi a muchos niños a mi...

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