No es la polarización... - 28 de Mayo de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 932412205

No es la polarización...

La izquierda obtuvo un triunfo aplastante en la elección de convencionales en mayo de 2021, y dos años después es la derecha la que arrasa en la elección de consejeros. Boric y Kast pasaron a segunda vuelta en la elección presidencial de 2021, dejando fuera de carrera a los candidatos de centroizquierda y centroderecha. Boric es el actual Presidente y Kast es el mejor perfilado para sucederlo. Son datos llamativos, que llevan a muchos a pensar que Chile es hoy un país polarizado. ¿Será así? Y si no lo es, ¿cómo entender lo que está pasando?No estamos polarizadosPartamos por aclarar los términos. Polarización no es sinónimo de que existan polos, como sin duda los hay. Y tampoco es sinónimo de fragmentación o atomización, que también la hay. Polarización significa que las personas se van a los polos y se mantienen en ellos, reafirmando su pensamiento y rechazando el de quienes están en la otra vereda. Polarización, por tanto, se opone a movimientos pendulares, que es lo que hemos estado viendo en Chile en los últimos años, en que una masa importante de personas sí cruza la calle y se pasa a la otra vereda.Estados Unidos es un buen ejemplo de un país cada vez más polarizado. Son muchas las cifras que lo muestran, aunque esta llama especialmente la atención: en 1960 el porcentaje de votantes de cada partido que desaprobaría el matrimonio de su hijo con una persona del otro partido (Demócrata o Republicano) era del 4%, mientras que en 2020 era del 38%. Las elecciones presidenciales, así las cosas, han terminado siendo todas reñidas, porque una parte importante de los votantes no se mueve de su trinchera política.Por el contrario, si hay algo que consistentemente muestran las encuestas en Chile es la desafección con la política, expresada, por ejemplo, en que la identificación de las personas con algún partido político era superior al 60% en los años 90 y hoy apenas llega al 20%. Eso es coherente con las sorpresas que se vienen observando en estos últimos años en las elecciones presidenciales y en las ligadas al proceso constituyente. Voluntarias las primeras y obligatorias las segundas, lo cierto es que en todas ellas los votantes se movieron decididamente de una vereda a otra, como un péndulo.La conclusión, por lo tanto, es que la ciudadanía chilena no está polarizada. Los que sí están polarizados, paradójicamente, son los partidos políticos, aunque más por estrategia de sobrevivencia que por convicción. Si la UDI o el PS, por ejemplo, extreman...

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