No nos engañemos - 12 de Noviembre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 696436421

No nos engañemos

No nos engañemos.

Es plata líquida, dinero fácil, maná caído del cielo y son fajos con alas.

El mayor éxito del fútbol chileno de las últimas décadas fue la creación y administración de lo que ahora desean licitar: el Canal del Fútbol.

Es una paradoja, pero es la fórmula, según los que saben: hay que licitar ahora, con el CDF viento en popa.

Los que saben después son los primeros en disculparse, pero es el riesgo, el mercado y la ciencia económica; conocimientos y oficios que en otros siglos fueron ciencias ocultas, alquimia y magia negra.

El CDF es un gran negocio y por eso se licita, porque crea un oasis, una guarida y una parada.

En esta estación se le puede sacar punta y partido al lápiz, a la cuenta corriente, al giro, a la inversión, al retiro, la utilidad y el reparto.

Las cadenas internacionales de televisión se pelean el negocio y aseguran mesada por 10 o 15 años, pero para obtener la licitación, y acá está el tesoro y la lamparita, ofrecen una tucada.

Una tucada, en el español de Chile, es una cantidad considerable de dinero.

Aquí y ahora. Al tirante, como se dice, porque el nerviosismo, la tensión y el ruido de esos millones contantes y sonantes alteran la condición de los dirigentes, y así es como las sociedades anónimas revelan su naturaleza original.

Quieren plata de un paraguazo.

Que se apuren con el depósito y que venga la repartija.

Son millones de dólares al chinchín, como se decía antiguamente. O sea que de un zuácate, como de un puñetazo, al tiro y de sopetón un billete sobre otro y un cero al lado de otro cero, de otro y sigue contando.

Es para cada equipo y para que los dueños de las sociedades anónimas dispongan y...

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