'No creo en el retiro' - 2 de Julio de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 644192341

'No creo en el retiro'

-Hago todo por él, lo llevo al colegio, jugamos tenis, fútbol, vamos juntos al doctor. No porque la gente esté en el mundo del espectáculo o porque canten no pueden tener vidas normales y comunes. No vivo según lo que la gente piense, vivo según lo que es importante para mí. Si tengo que ser el cantante, el artista, lo hago y después vuelvo a mi vida normal.

-¿Le gusta esa normalidad, siendo la estrella que es?

-Es muy cómodo para mí. Cuando sabes lo que tienes que hacer para ser una celebridad, te das cuenta de que esa no es una vida real. Cantar es mi pasión, pero vuelvo a mi casa y veo la realidad. Tengo seis hijos y sé que la vida no se trata de ser una estrella las 24 horas del día, siete días de la semana. La gente te dice lo increíble que eres, pero te usan y no me gusta ese tipo de vida. Me gusta la vida que elegí y lo hago "My way".

Y entonces, como si estuviera esperando la oportunidad, comienza a entonar su famoso tema, que grabó Frank Sinatra.

En los 60, Sinatra le pidió a su amigo Paul Anka que le escribiera una canción que lo identificara. Entonces, él adaptó la francesa "Comme d'habitude" y la transformó en "My way": uno de los mayores hits de Sinatra, reversionado por más de cincuentas artistas, donde habla de estar cerca de la muerte y el poco arrepentimiento por las cosas que hizo.

-Tenía apenas 21 años cuando la escribí. No era muy joven para ser escritor, pero logré capturar a

Sinatra. A esa edad mi vida no había terminado. Estaba empezando.

Paul Albert Anka nació en Ottawa, el 30 de julio de 1941. Sus padres son libaneses y llegaron a Canadá tras haber tomado justicia por sus propias manos. La historia es así: en el pueblo Bab Touma, en Siria, un hombre violó y asesinó a una niña; el abuelo de Paul Anka y su hermano lo buscaron, lo encontraron y lo ahorcaron en un árbol. Ahí, la soga utilizada se conoce como "Anka". Luego se escaparon del país y cuando el oficial de inmigración canadiense escuchó la versión, decidió que Anka sería su apellido.

-Mi vida en Canadá era muy tranquila, pero sentía que no podía quedarme ahí, que tenía que salir. Por alguna razón me sentía extraño.

Paula Anka relata en su autobiografía, My way, el bullying que sufrió en el colegio: le decían "the black Syrian", era más bajo que el resto y tenía sobrepeso. No quiso seguir con el negocio familiar, un restaurante, porque quería ser periodista. Tomó clases de literatura inglesa y trató de convertir versos de Shakespeare en canciones.

-Siempre...

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