'Yo no soy un converso' - 7 de Octubre de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 741473137

'Yo no soy un converso'

La noche del lunes pasado tuvo sentados en la mesa de su departamento a Felipe Kast, Luciano Cruz-Coke, Hernán Larraín Matte, Ignacio Briones y Óscar Godoy, miembros del partido por el que firmó en lo que será la primera militancia de su vida. A los 87 años, Jorge Edwards, premio nacional de Literatura, premio Cervantes y autor de decenas de novelas, cuentos y ensayos, decidió fichar por Evópoli.Es el día después de esa comida y se acaba de despertar de una pequeña siesta tendido en un sofá de su departamento en Santa Lucía, donde aterriza cuando no está en Madrid. Se pasea ágil, vestido de camisa rosada, suéter sin mangas y con sus clásicas pelusas rebeldes en la nuca, las últimas que cuelgan desde su cabeza. Ya tenía poco en los años en que escribió su célebre "Persona non grata" -publicado en 1973-, donde relataba sus tres meses como diplomático de la Unidad Popular en Cuba, de donde lo expulsaron. "Me demoré cuatro días en darme cuenta de que Cuba era una dictadura... menos que Roberto Ampuero", dice ahora y se ríe.Lo escribió por las mañanas en París, donde fue ministro consejero con Pablo Neruda de embajador en Francia. Cuando -muchos años después de transitar de la izquierda hacia el centro, de ser un fiel adherente del No en 1988 y embajador de Frei Ruiz-Tagle ante la Unesco- Sebastián Piñera le ofreció ser embajador en París durante su primer gobierno, Edwards le respondió: "A París no le puedo decir que no".Por estos días, nadie le ha ofrecido ningún cargo -tampoco parece entusiasmarle la idea- y está dedicado a terminar la tercera parte de sus memorias. En un pequeño cuaderno naranja de páginas blancas -"no soporto las líneas", dice- va anotando las ideas, los capítulos que debería tener la última parte de su trilogía, donde quizá Evópoli alcance a tener alguna alusión.-"El intelectual solo se asoma a la política. Y los que entran en ella piensan poco", dijo una vez. ¿Por qué decidió militar?-Nunca he militado en nada. He coqueteado con la política, pero me atrae la idea de tener que hacer algo. Y encuentro que este grupo de Evópoli tiene lo siguiente: es verdaderamente democrático, contrario a las dictaduras, muy partidario de la libertad; es libertario, se podría decir. Es un grupo chico de gente con la que se puede conversar y de la que se puede discrepar. Es casi obligatorio con este grupo no estar de acuerdo en todo, sino discutirlo todo. Una vez me invitaron a una cuestión de Diálogo de Conversos, Roberto Ampuero, Mauricio Rojas, y no fui.-¿Lo invitaron porque también lo consideraban un converso?-No. Yo no soy converso.-¿Lo suyo fue evolución?-He evolucionado, claro, pero no he cambiado fundamentalmente. Fui un fanático lector de Miguel de Unamuno cuando era alumno de los jesuitas. Él ponía en duda el pensamiento dogmático, religioso. Y también fui alumno de Alberto Hurtado, hoy San Alberto Hurtado...

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