Niños fumando marihuana
-Me dieron ganas de caerle encima, pero después me contuve. Si estaba consumiendo necesitaba saber cómo, dónde, cuándo y con quién, y ser prohibitiva solo haría que él siguiera haciéndolo a escondidas -explica su mamá.
Nelly meditó bien cómo abordar a Luciano. Antes, le contó a su marido, al papá de su hijo y también a su hermano mayor de 22 años su preocupación. Las reacciones fueron diversas en el grupo familiar: los dos primeros fueron de la opinión de retarlo y castigarlo con tal de que dejara de fumar pito, mientras que su hermano fue mucho menos radical.
-Nos guste o no, él ya está en esto, así que mejor veamos la forma de que su consumo sea resguardado -estimó.
Nelly no estuvo de acuerdo en darle permiso a Luciano para que consumiera marihuana en la casa como sugirió su hermano mayor. Pero sí concluyó que tenía que generar espacios para que Luciano pudiera explayarse sobre el tema, y donde ella pudiera plantearle claramente su desaprobación.
Luciano recuerda bien cómo su mamá comenzó a sondearlo.
-Como que no quiere la cosa, empezó a plantear el tema de las drogas. Hasta que me preguntó directamente por el matacola -dice.
Luciano titubeó.
-Me di hartas vueltas, pero al final le dije que estaba fumando marihuana esporádicamente y que lo pasaba bacán -cuenta.
Nelly quedó en jaque. Aunque años atrás fue absolutamente contraria a la cannabis, hoy acepta que personas mayores de 20 años la consuman recreativa y moderadamente, sobre todo si es por un fin medicinal.
-Conocer gente que fuma marihuana siendo adulta y que es completamente funcional, pero a la vez darme cuenta del daño que producen el tabaco y el alcohol siendo drogas legales, fue modificando mi opinión. Mi problema no es con la marihuana, es con que Luciano fume, porque es muy chico -dice.
Nelly respiró profundo mientras Luciano describía el estado en que los pitos lo ponían.
-Todo te da risa y te sientes muy liviano -recuerda su mamá que le dijo.
Luego le habló de sus aprensiones. Le contó que su cerebro estaba en pleno desarrollo y que fumar pito tenía perjuicios para él. Además, le advirtió que la marihuana era ilegal. Y que por lo mismo, había todo un mundo oscuro que la rodeaba que era muy peligroso para un niño de octavo básico.
-Siempre hay alguien que hace un negocio con la marihuana. A los traficantes les sirve que cabros como tú se queden pegados porque suman clientes. Es una cadena perversa a la que no puedo permitir que tengas acceso -le dijo Nelly.
Luciano le explicó a su madre que había cosas que tenía que probar para saber cómo eran, pero que en ningún caso su consumo sería habitual.
Entonces Nelly fue enfática:
-No tengo ningún problema con que a los 23 años tengas una plantita en el patio si quieres fumar, pero en este momento no te puedo dejar consumir -sentenció.
Luciano acordó con su mamá que cuando fumara pito se lo diría, o que en caso contrario, ella podría preguntarle si seguía consumiendo. Dos veces al mes, Nelly indaga. Hasta ahora, no le parece que su consumo sea problemático.
-Solo a veces digo la verdad. Es que yo probé mi primer porro (marihuana prensada) a los 12 años y siento que lo sé manejar solo. Podría fumar todos los días, pero decido no hacerlo porque voy al colegio. Si una vez al mes o cada dos semanas hacemos una vaquita con mis amigos para comprar un pito, es porque queremos reírnos un rato, porque nos gusta estar volados. Pero no porque estoy pegado -dice Luciano.
Prohibir o liberar
Son muchos los niños que consumen marihuana antes de los 14 años. De acuerdo al Informe Mundial de Drogas de 2010, Chile es el que tiene más adolescentes fumadores de cannabis de toda Latinoamérica.
Estos índices solo han aumentado con los años. El último estudio realizado por Senda en población escolar en 2013 explica que la...
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