Los niños, el arte y el cáncer - 9 de Noviembre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 825627205

Los niños, el arte y el cáncer

En una sala del centro oncopediátrico TROI, del hospital Calvo Mackenna, Carolina Galaz se sienta a conversar con Jeremías, un adolescente de 15 años que en 2018 sufrió la amputación de una de sus piernas producto de un tumor óseo maligno, también conocido como osteosarcoma.-Te voy a hacer una pregunta loca -anuncia ella-. ¿Para qué te ha servido la amputación?-La amputación me salvó la vida -responde el joven-. Fue una decisión difícil, pero ahora hago cosas que antes no hacía o que decía que nunca iba a hacer.-¿Como qué?-Por ejemplo, ir a la playa y meterme al mar profundo.-¿Por qué crees que te dio esa fuerza?-Me enseñó que los límites se los pone uno.Aunque ningún caso es igual a otro, Carolina ha tenido más conversaciones como esta. Jeremías es uno de los 300 niños y jóvenes que cada año participan en las sesiones de arte-terapia individuales o grupales llevadas a cabo por la fundación Lacaracola: A ser feliz, una iniciativa que, además de convertirse en un espacio de identificación y expresión de las emociones de los pacientes, les entrega herramientas para sobrellevar eventos traumáticos como un trasplante de médula ósea o una operación invasiva.Creada por Carolina Galaz en enero de 2016, y gestionada por un directorio que ella preside, la fundación comenzó su trabajo con pacientes ambulatorios del Calvo Mackenna y, con el tiempo, pasó a implementar programas que cubren todo el proceso del tratamiento, desde el diagnóstico en adelante. Una de esas actividades es la elaboración del llamado "Yo de mí", una representación confeccionada con material reciclado que hacen de sí mismos quienes, como Jeremías, deben someterse a una intervención que cambiará sus vidas para siempre. Construido el personaje, los niños interpretan el papel del médico y practican al muñeco la misma operación que ellos vivirán, lo que, según Carolina, permite disipar los miedos y las angustias, así como resolver posibles dudas.-A veces nos ha pasado que hay un tumor pequeño, pero el niño lo hace gigante, porque así es como lo ve -cuenta ella, de pie ante un mesón de trabajo del taller donde se reúne con el equipo de Lacaracola. A su alrededor, se apilan decenas de esculturas de múltiples tamaños.En una de sus manos sostiene la creación de uno de los niños con los que trabajó, en medio de la cual destaca un vistoso corazón de papel. Con la otra mano muestra una pierna de cartón a la que, una vez "amputada", ese mismo paciente dio alas y aspecto de pájaro.-Para el...

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