Niña trasplantada de corazón planea su futuro: 'Quiero hacer todo lo que no podía hacer antes' - 19 de Junio de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 729151149

Niña trasplantada de corazón planea su futuro: 'Quiero hacer todo lo que no podía hacer antes'

La vida de Monserrat Sarmiento, en sus cortos nueve años, está muy lejos de ser lo que se consideraría habitual. Una cardiopatía congénita hizo que a la semana de nacida le instalaran su primer marcapasos y que a los seis años, tras una grave complicación, se transformara en prioridad nacional para recibir un donante de corazón. Uno que tardó casi tres años en llegar.

Finalmente, el viernes 8 de junio, la familia recibió la noticia: habían encontrado un donante. Hoy, a once días de la operación, la niña ha vuelto a caminar, comer y conversar, y pudo comentarle a "El Mercurio" sus planes para cuando salga del hospital con su nuevo corazón.

"Lo que más me gustaría hacer es ir al castillo de la princesa", cuenta alegremente Monserrat, en compañía de su madre (Daniela Maluenda), al preguntarle qué es lo primero que hará al ser dada de alta. Es que durante los últimos años, gran parte de su tiempo lo pasó en el Hospital Clínico de la Red de Salud UC Christus, en la calle Marcoleta. Allí, desde su ventana, puede ver el Castillo Hidalgo del cerro Santa Lucía, y junto a su mamá imaginaban la historia de una princesa.

Eso es solo lo primero en la lista. "Quiero hacer todo lo que no podía hacer antes", agrega. Eso incluye, dice, desde ir a un parque de diversiones y comer pizza, hasta darse un baño de tina, ya que el corazón artificial no le permitía sumergirse. Todo esto, que puede ser común para una niña de su edad, fueron sueños para Monserrat durante mucho tiempo.

La mayor sorpresa de la niña, sin embargo, la tuvo cuando despertó del trasplante, después de 12 horas de operación, y escuchó el palpitar de su nuevo corazón. "Escucha papá, ahora late", les dijo emocionada a sus padres.

"Fue increíble", dice Daniela. Y añade: "Lloramos los tres juntos; hace tres años que no sentía el corazón de mi hija". Antes, en el pecho de Monserrat solo se escuchaba el zumbido del corazón artificial que la mantuvo con vida.

Una llamada especial

El viernes pasado, una semana después del trasplante, el teléfono de la mamá sonó. No era extraño, ya que durante los últimos días suele recibir llamados de familiares y conocidos que envían mensajes de apoyo. Sin embargo, cuando contestó, supo que esta era distinta. Era la madre de la donante del corazón de Monserrat.

"Yo no tenía idea quién era el donante", asegura Daniela. "Y tuvimos una conversación muy bonita (...). Pese a la inmensidad del dolor que está sintiendo, me llamó para darme tranquilidad y decirme que el...

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