La niña de nueve años bendecida por el Papa en la Nunciatura: 'Llegué a mi límite de amor' - 16 de Enero de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 701052325

La niña de nueve años bendecida por el Papa en la Nunciatura: 'Llegué a mi límite de amor'

"Se dieron el tiempo de leer nuestro testimonio", relata, emocionado, Pablo, el padre de la familia oriunda de San Felipe y, además, voluntario papal. Fue producto de esa carta que los organizadores lo invitaron junto a su esposa Estefanía, Rodrigo y su hija Beatriz, de nueve años, a recibir al Papa en las afueras de la Nunciatura Apostólica.

"Sabíamos que él rompía el protocolo, pero nunca nos imaginamos que iba a tomarse un instante para tomar el rostro de Rodrigo, para bendecirlo, para tomar mis manos", comenta Estefanía.

Beatriz también recibió la bendición del Pontífice. "Se puso a llorar, estaba muy emocionada. Va a un colegio católico, así es que rezar es parte de ella", cuenta su madre. "Dijo que me bendecía. Para mí eso es suficiente, llegué a mi límite de amor", añade la niña.

La jornada en calle Monseñor Sótero Sanz, en Providencia, comenzó mucho antes. Unos 50 alumnos de los colegios Villa María Academy y Verbo Divino animaron la espera con canciones, algunas populares como "Cambia, todo cambia", de Mercedes Sosa, y otras asociadas a la visita, como el himno oficial y el tema "Francisco, amigo".

Camila Fones, ex alumna del Villa María y monitora del coro, relató que la ansiedad y el nerviosismo de las niñas crecieron conforme se acercaba la llegada del Papa, y que al verlo, "no lo podían creer, se notaba en cómo cantaban. Se concentraron en alegrar la bienvenida al Papa y eso fue lo que queríamos lograr, que pusieran su corazón en el canto".

"Ni zurdos ni tontos"

Un ambiente similar se vivía a la misma hora en el centro de Santiago. A las cuatro de la tarde llegó la primera persona a esperar al Papa en la esquina de avenida Brasil con Alameda, justo donde se planeaba que abordara el papamóvil. Casi al mismo tiempo lo hicieron vendedores ambulantes que ofrecían pañuelos, poleras, llaveros y cintillos alusivos.

La llegada de los fieles fue lenta, pero a eso de las siete de la tarde las calzadas de la Alameda lucían casi llenas. Cuando arribó el papamóvil, a las 19:45, sobre un camión de Carabineros, la gente repletaba el sector y los gritos y cantos de los voluntarios trataban de animar a la gente que esperaba desde hacía más de tres horas.

Aunque el vehículo papal sí fue estacionado en la Alameda, lo hizo más de 40 metros al oriente de la intersección con avenida Brasil, por lo que gran parte de los peregrinos solo pudo ver a Francisco cuando este pasaba dentro del automóvil cerrado que lo trasladó desde Pudahuel.

Paulina...

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