'Lo único que pudimos hacer fue levantar un resto del portón metálico que parecía un chicle' - 9 de Diciembre de 2010 - El Mercurio - Noticias - VLEX 239584342

'Lo único que pudimos hacer fue levantar un resto del portón metálico que parecía un chicle'

Muñoz Cuevas no estaba de turno, sino que pernoctaba en el penal, ya que su residencia está en Concepción. Pese a ello fue uno de los primeros funcionarios en acudir al rescate de los reclusos encerrados en las galerías sur y norte. En la primera de éstas -donde murió la mayor cantidad de internos- y en medio de la desesperación, Muñoz levantó una de las rejas que impedían la salida de los reos: así escaparon los cinco solitarios sobrevivientes del pabellón.

No era la primera vez que el gendarme enfrentaba momentos de tensión en sus labores. También estaba de servicio el 27 de febrero, pero esta vez en el penal El Manzano, en la VIII Región, cuando el terremoto terminó con un incendio intencional que obligó a evacuar a varios reos.

-¿Dónde estaba y qué hizo al momento de la alarma?

"Cuando se dio la alarma yo no estaba de turno, así que me encontraba durmiendo donde están las piezas. Mi turno empezaba recién a las 8:10 de la mañana.

Me levanté de inmediato y me coloqué mi uniforme para dirigirme al hall donde estaban mis compañeros. Ahí el oficial de guardia nos avisa que hay un procedimiento en la torre 5 y concurrimos de inmediato".

-¿Cuántos funcionarios son los que actuaron?

"Habíamos alrededor de ocho a diez personas. Estaba el personal de la guardia interna, que es la que presta funciones en el servicio nocturno, unos dos o tres de la guardia armada (centinelas), y los que llegamos".

-¿Subieron solos o había alguien a cargo del operativo?

"A cargo de nosotros subió el teniente Hormazábal, que era el jefe nocturno, y subió también mi mayor".

-¿Cuál fue el panorama con que se encontraron cuando lograron subir al cuarto piso?

"En cosa de segundos nos encontramos con todo el piso ardiendo en llamas. Los internos tienen muchas cosas: bolsos, ropa, bolsas plásticas, colchones, cocinillas, que se prendieron de inmediato.

Ahí nos fue imposible romper los candados. Yo me tapé con una manta y me metí como pude para tratar de abrir las puertas".

-¿Qué hizo entonces?

"Reventé los dos primeros candados con un napoleón y traté de hacer lo mismo con el resto, pero los candados de arriba no los podía romper; esa parte era la que estaba más prendida en llamas. Entonces, lo único que pudimos hacer fue levantar un resto del portón metálico que a esa altura parecía un verdadero chicle, y ahí fue cuando pudimos sacar a las cinco personas que lograron salir libres del cuarto sur.

No pudimos hacer más, fue imposible. El calor era demasiado, y el humo...

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