La neurociencia está preocupada porque las nuevas tecnologías nos han robado el tiempo de ocio - 10 de Julio de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 644784433

La neurociencia está preocupada porque las nuevas tecnologías nos han robado el tiempo de ocio

Porque contar con tiempo libre para poder divagar, es decir, pensar de manera espontánea y sin restricciones, es una de las actividades más importantes, de las que potencian la inventiva y el progreso humano. Esto es lo que plantea la neurociencia, la que se muestra preocupada porque las nuevas tecnologías y las redes sociales en lugar de aliviar la carga de trabajo la han aumentado, y han terminado robando el tiempo de ocio a las personas.

Asimismo, los test demuestran un alza en el coeficiente intelectual (CI) de las nuevas generaciones, aunque desde los años 90 muestran que la creatividad ha ido disminuyendo.

Esta es la tesis que Andrew Smart, un joven neurocientista de la Universidad de Nueva York, desarrolla en su libro "El arte y la ciencia de no hacer nada", que acaba de publicarse en Chile. Allí argumenta en favor de limitar las maratónicas jornadas laborales y escolares, así como el abuso de las tecnologías, para ganar en tiempo libre y, de paso, ser más creativos.

Pausas importantes

"Antes se pensaba que el cerebro estaba todo el tiempo respondiendo a estímulos externos, pero hace unos años se descubrió que existía una red neuronal por defecto, que se activa en los momentos en que hacemos una pausa en los quehaceres, lo que nos permite pensar, integrar y procesar información", dice el doctor José Luis Valdés, neurobiólogo y académico del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Para activar esta red, sugiere Smart, es bueno invertir tiempo en disfrutar del arte, escuchar la música favorita o simplemente garabatear en un papel.

"Mientras uno 'no hace nada', el cerebro sí está haciendo algo", advierte el doctor Simón Guendelman, psiquiatra y cofundador del Centro Mindfulness y Medicina. Es la red por defecto que, según explica, se liga "a la capacidad de pensar sobre uno mismo, de divagar o pensar en cosas que no están relacionadas con el presente inmediato". También se relaciona con la creatividad y con la capacidad de ponerse en el lugar del otro.

El problema es que la sociedad tiende a valorar negativamente a quienes se entregan a la contemplación, calificándolos de excéntricos, ausentes o haraganes.

Pero son las funciones de la red por defecto las que el libro de Smart esgrime como argumento para cuidar los momentos de...

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