Nelly Meruane 'Yo no me convertí, nací actriz'
De las murallas cuelgan retratos suyos y otras tantas fotografías de sus actuaciones de teatro, en obras como "La Pérgola de las flores", "Mama Rosa" o la ópera "La hija del regimiento". Un poco más allá, apilados en una licorera, hay VHS y CD que registran su paso por series y telenovelas emblemáticas de las décadas de los sesenta, setenta y ochenta, la época cuando fue más famosa. También hay fotos recientes, de comidas, eventos y premios que ha juntado en sesenta años de carrera.
Parada en medio de su living, Nelly habla con la frente en alto, la vista perdida en un ventanal que da hacia Antonio Varas, como si se dispusiera, una vez más, a recitar las líneas de un guión.
-Me pongo melancólica -dice.
Pero ese tono suave dura solo unos segundos. De pronto, su voz se enciende a tal punto que pareciera elevarla a un escenario imaginario donde Nelly Meruane se interpreta a sí misma. Así ocurrió en junio pasado, en el Centro Cultural Matucana 100, cuando recibió el Altazor por su interpretación en la adaptación de "Coronación" de José Donoso. Ahí, sin ser personaje, Nelly Meruane fue, como pocas veces sobre un escenario, Nelly Meruane.
-Había dos mil personas que deliraban aplaudiendo. Ahí yo pensaba: "!Dios Mío¡ !Le permití a toda esa gente llenarse de la belleza del arte¡".
-¿Desde que se convirtió en actriz...
Nelly Meruane interrumpe.
-¿Desde que me convertí? No, no, no, mijita. Yo no me convertí. Yo nací actriz.
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Aquí viene Soledad, trae sopaipas y picarones que preparó mi mamita...
Nelly tiene muy buena memoria. Dice haberla heredado de su madre, quien solía recitar poesías a viva voz, en el escenario de un colegio que le pertenecía en Toltén.
"Las enmieló mi taitita y las trae Soledad...", sigue recitando la actriz.
Este poema, que recuerda tan nítidamente, se lo escribió su madre en un papel una vez que ella, a los cinco años, en medio de una pataleta, le rogó poder subir al palco con ella.
Desde pequeña, Nelly quiso ser una estrella. Pero creció lejos de un escenario. Recuerda:
-Era la menor de siete hermanos y hoy soy la única viva. Era lo más mimada que hay. Toda la atención recaída siempre en mí. En Toltén, vivíamos en una casa que tenía amarrados en el fondo del jardín un par de botes, que en época de lluvia eran el único medio de transporte para salir de ahí. !Era tanta la lluvia¡ Intento visitar esas tierras todos los años. Me provocan emoción. Se fueron todos, pero yo los tengo muy presentes.
Nelly pudo, finalmente, entregarse a su vocación, cuando, a escondidas de su padre, cursó, en paralelo a sus estudios de Letras en el Pedagógico, la carrera de teatro en la Universidad Católica. Llevaba seis meses de clases cuando, en 1952, la...
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