Aerolíneas logran aprobar sanciones más duras contra pasajeros problemáticos
"Comenzó entre dos pasajeros hombres; al parecer, peleaban por un asiento que estaba desocupado, y de a poco se fueron agregando más y más chinos, quizás parientes o amigos... Pensamos que terminaría pronto con la intervención de otros pasajeros, pero fue peor: todos se involucraban y tomaban partido por uno u otro", recuerda Christian Espinosa.
Sin entender una palabra de lo que hablaban, él y su familia se encontraban bajo fuego cruzado entre ambos grupos en pugna, viendo cómo se empujaban y gritoneaban con violencia. "Francamente es primera vez que veo en vuelo una pelea de esa magnitud", comenta. Y sabe de lo que habla, porque él mismo es piloto y ha presenciado otros episodios similares.
Finalmente, no sin esfuerzo, los tres sobrecargos lograron controlar a los aproximadamente 20 exaltados pasajeros, por lo que no fue necesario que el capitán tomara medidas más drásticas, como aterrizar de emergencia.
Otros sí han debido tomarlas.
En enero pasado, Jennifer Lauren, de 41 años y sobrina del afamado diseñador Ralph Lauren, acabó con la tranquilidad del vuelo Delta 477 que cubría la ruta Barcelona-Nueva York, cuando -visiblemente ebria-, comenzó a insultar groseramente a la tripulación que intentaba contenerla, así como a los otros 215 pasajeros que miraban estupefactos.
El capitán de la aeronave decidió entonces realizar un aterrizaje no programado en Shannon, Irlanda, donde la esperaba la policía para abrirle juicio por poner en riesgo el vuelo y retrasar su itinerario en más de dos horas. Finalmente, se declaró culpable y pagó una fianza de 2.500 euros.
El primer episodio del que se tiene registro de este tipo de altercados se remonta a 1947, cuando en un vuelo entre La Habana y Miami un hombre golpeó a otro y mordió a la azafata. Desde entonces, no han dejado de aumentar año a año, especialmente tras los atentados del 11-S.
Según cifras entregadas por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), estos hechos violentos pasaron de 500 en 2007 a más de seis mil en 2011. Entre 2007 y 2013, se han reportado 28 mil casos en total, con un promedio que hoy alcanza a 300 cada semana.
Un incremento explosivo cuyas causas no están completamente determinadas (ver recuadro), pero cuyas consecuencias se traducen en mayores costos para las aerolíneas.
Según estimaciones de la IATA, cada aterrizaje no programado a causa de estos hechos le cuesta a la compañía aérea entre 10 mil y 200 mil dólares, dependiendo de las...
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