Ser un naturalista en la Patagonia Argentina - 7 de Julio de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 447342074

Ser un naturalista en la Patagonia Argentina

La historia hoy la cuenta Matías Soriano, nieto del español pionero, con quien también conviene salir de aventura por este apacible sector de la Patagonia argentina, próximo a Península Valdés pero muy distinto, pues aquí hay 80 mil hectáreas -1,25 veces la superficie del Gran Santiago- para menos de 50 turistas. Ese lujo se aprecia bien en una cabalgata de cuatro horas hasta la Península Gravina. Acompañados siempre por los perros ovejeros de Matías, lo primero es atravesar un par de kilómetros de estepa anegada y sortear un arrollo para alcanzar la playa, donde se puede cabalgar y comenzar a observar decenas de especies de aves marinas.

En el camino, además, entre los matorrales aparecen armadillos y zorros, y todo termina con un merecido picnic sobre la arena con empanadas de cebolla, guanaco y -por supuesto- algas, de las que conviene no abusar, para poder disfrutar como corresponde la cena preparada con pescados de la zona y vegetales cosechados en una huerta orgánica. La comida es una buena instancia para que Matías termine de contar la historia del lugar: "Todo fue culpa de una pareja de alemanes que en 2005 se quedó un par de semanas", recuerda para marcar el instante en que él se dio cuenta de que el potencial de Bahía Bustamante era mucho más que algas y ovejas.

Tras una sencilla remodelación, Matías comenzó a recibir pasajeros en 2006. El siguiente hito fue a comienzos de 2011 cuando el suplemento de viajes de The New York Timespuso al lugar en su portada y sentenció que pocos sitios en el mundo presentaban tanta abundancia y diversidad de aves y mamíferos marinos.

Para comprobar tal afirmación, a la mañana siguiente hay que navegar hacia la Caleta Malaspina, la excursión más famosa del lugar. Durante el paseo se ven petreles de más de dos metros, cientos de lobos y elefantes marinos, y miles de pingüinos que comienzan a llegar desde septiembre.

(Entre paréntesis: es importante destacar que no es seguro avistar ballenas ni orcas, y que para eso lo mejor es programar una visita a Península Valdés, que está 300 kilómetros al norte.)

A bordo de la lancha se observan más de veinte colonias de reproducción de distintas especies, uno de los motivos por los cuales en 2008 la zona pasó a ser parte del Parque Nacional Patagonia Austral.

Si va en agosto, cuando el espectáculo de mamíferos y aves marinas migratorias aún no estalla, considere que durante ese mes la esquila es el principal atractivo de Bahía Bustamante. Entonces, es buen...

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