Naturaleza y adopción - 24 de Junio de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 729685197

Naturaleza y adopción

¿Debe la ley permitir que parejas del mismo sexo puedan, en cuanto tales, adoptar hijos? Guste o no, esta pregunta ha dominado el debate en torno a la ley de adopción, como si se tratara de la única cuestión relevante. A falta de visiones de mundo articuladas, la discusión se desliza naturalmente hacia registros monotemáticos que solo reparan en una dimensión de la realidad. El resultado no deja de ser perturbador, pues una discusión fundamental -respecto de cómo mejorar los procesos de adopción- pasa a segundo plano, en virtud de la importancia que le atribuimos a la cuestión homosexual. Solo tenemos ojos y oídos para saber qué pasará con las parejas del mismo sexo: nada más capta ni atrae nuestro interés. Esto sugiere que nuestra preocupación principal no pasa tanto por los niños como por nuestras propias agendas.

De hecho, esta tendencia al registro monotemático termina modificando el objeto del debate: creemos que estamos discutiendo sobre adopción, pero en rigor llevamos semanas discutiendo sobre matrimonio homosexual. En efecto, si las parejas del mismo sexo pueden contraer acuerdo de unión civil y adoptar hijos, solo tendrán -a ojos de la ley- diferencias de orden simbólico con las uniones heterosexuales. La discusión sobre matrimonio perderá entonces casi toda su relevancia práctica. Una parte relevante del oficialismo sostiene una tesis perfectamente incoherente: muchos se oponen al matrimonio homosexual, pero aceptan la adopción, como si el matrimonio no estuviera directamente vinculado a la filiación.

El mismo Presidente ha quedado atrapado en estas dificultades. Recordemos que, siendo candidato, Sebastián Piñera se declaró contrario a la adopción homoparental. Sin embargo, una vez electo (por amplia mayoría, confirmando que las elecciones ni se pierden ni se ganan en este eje), su gobierno ha seguido un camino distinto, sin ofrecer explicación alguna. En su esfuerzo por cuadrar el círculo, la indicación propuesta por el Ejecutivo solo alimenta una indefinición insana para la democracia. Por un lado, el texto remite a las figuras paterna y materna, sin ninguna precisión adicional. Esto es particularmente complejo, porque sabemos que se trata de conceptos en disputa (y el propio oficialismo ha favorecido la total desvinculación entre sexo y género). Por otro lado, la indicación no establece ninguna prelación ni criterio de prioridad. Esto, desde luego, tiene un solo corolario: dado que los políticos no quieren decidir, los jueces...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR