Presentación del libro Cartografía del éter, poemario de Damsi Figueroa. - Núm. 28, Septiembre 2003 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 56593287

Presentación del libro Cartografía del éter, poemario de Damsi Figueroa.

AutorFigueroa, Damsi
CargoExtracto - Poema

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

ESTATUAS VENDADAS para Yohanna Villegas Hay cosas que sólo suceden en el amanecer Estrías del tiempo. En el amanecer el aire y la noche se besan. El aire, la noche y el agua se contemplan y se abrazan Sobre un ajado paño de la niebla. En los vapores de ese beso la umbra nace Diamante perdido, el segundo en que es parido el día. En los vapores de ese beso viajan los poemas noctámbulos a refugiarse en sus sarcófagos de silencio. No los sorprenda la brillante luz del sol No los sorprenda que serían devorados como dulce carne, carne amarga por las bocas de los hijos de la luz. En el amanecer se pueden ver mandalas en las nubes y en la arena se puede ver el ojo de pájaro en su centro, separando mandíbulas Abriendo las desdentadas mandíbulas las nubias coloridas Fauces de la flor. Supe, este Amanecer, el Secreto de Las Estatuas Vendadas por la hiedra Vi, a través del gusano y de su tiempo verdadero, las almas que los cuerpos de cera o de ceniza de roca, de arcilla o de madera siempre esconden. Vi a Gepeto que estaba solo en su vejez envuelto por una maraña de hilos transparentes Vi al anciano con la costra de su hijo entre las manos Segundos antes del amanecer Vi a Midas llorando Lágrimas de sangre bajo el sol de invierno atado a la piel de oro de su hija estrella que se vacía en un milagro efímero estrella que se fuga de su ciclo y cae como una tilde en el cielo de la umbra Vi a la estatua con máscara de bronce arrancada de los brazos de su padre por la Sal Lágrima que comparte el destino de los pozos abandonados del desierto. La hiedra es un manto que no abriga sino del ojo pernicioso de los dioses tan secreto es el latido de la piedra tan minúsculo el segundo en que se mira tan secreto es el segundo en que se ama tan secreto y tan minúsculo. El Día es el Martillo que galopa sobre el cuero de las bestias Y las bestias tienen, a la vez, una sed inconsolable de aurora y de muerte. Así como a las bestias a Las Estatuas, también se les debe hablar de amor. POEMA VANO Tres toros blancos o cuatro o cinco toros blancos corrían por tu sueño Y yo supe que soñabas porque golpeabas mi mejilla con arena Y yo supe que mi mejilla ya no era mía, sino en tu sueño, una pradera amarilla que llegaba hasta el mar. (Cuando viene en alas de miedo en grillos en olas de música inexistente el poema se transforma en una guerra Cuando trae los puños apretados los ojos abiertos con centellas más verdades mueren sin palabras la vanidad toma su forma de...

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