La música, imán y refugio para esforzados niños de los canales patagónicos - 11 de Junio de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 727883701

La música, imán y refugio para esforzados niños de los canales patagónicos

"Que todos terminen tocando un instrumento musical", y que en cada actividad no quede "nadie afuera", dice Carlos Alarcón, el director de la bien afiatada Escuela Litoral Austral de Puerto Aysén.

Situada al fondo de un fiordo en la Patagonia chilena, Puerto Aysén es una comuna con muchas carencias, que en 2012 fue escenario de una larga protesta por mejores condiciones de vida para una zona extrema.

Y con un Índice de Vulnerabilidad de 91%, la escuela representa un arcoíris para niños que vienen de esforzadas familias, en su gran mayoría ligadas a actividades del mar, como la pesca, el trabajo en centros de engorda o en las plantas industriales de la salmonicultura.

Llegan de muchos sectores. Algunos viajan hasta 60 kilómetros diarios de ida y vuelta para asistir a esta escuela que, escapando a la norma, es municipal y su matrícula crece "15 a 20 niños anuales en los últimos cinco años", detalla el director.

Y aunque él mismo repara que la fachada está fea -"no hemos podido pintarla", explica-, adentro el establecimiento es absolutamente vital e irradia una contagiosa energía que se percibe desde la entrada.

Acaba de terminar la semana del inglés y las salas del primer piso lucen aún trabajadas escenografías alusivas, aunque la gala mayor se vivió en el Teatro de Puerto Aysén, donde los niños se presentaron "a tablero vuelto", en dos funciones.

Orgullosos padres repletaron la sala con capacidad para 400 personas y aplaudieron embelesados el desempeño de sus noveles artistas.

"Tenemos apoderados muy comprometidos", destaca el director.

El imán de la música

Quinientos niños de entre prekínder y 6° básico juegan y corren alegres y bulliciosos en el patio cubierto. Y un pequeño grupo, con vistosas "casacas rojas", se pasea sin ocultar el orgullo por su función: Brigada de Convivencia Escolar, un honor que los integra, les da un lugar y de paso mejora su autoestima.

Y aunque afuera un sol brillante ilumina las montañas que rodean la localidad, situada a unos 45 km de Coyhaique, la capital regional, la temperatura, apenas 1°C y un viento fuerte y frío como un latigazo, impide los recreos al aire libre.

Unos cuantos se animan a tratar de tocar afuera, pero se les congelan las manos y las cuerdas de los instrumentos se ponen rígidas.

Pese a las duras condiciones, la asistencia fluctúa entre el 90% y 92% y los 26 talleres que ofrecen son "una motivación extra, porque los...

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