La música clásica en el siglo XXI y sus desafíos en el mundo digital - 12 de Noviembre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 696435041

La música clásica en el siglo XXI y sus desafíos en el mundo digital

En la última década, las grandes capitales han invertido en el levantamiento de escenarios especializados para la difusión de sus orquestas. En Buenos Aires (Argentina), sin ir más lejos, se inauguró en 2015 La Ballena Azul: una impresionante sala sinfónica con capacidad para 1.950 espectadores. Juan Pablo Izquierdo, recientemente designado director emérito de la Orquesta Filarmónica de Santiago, celebra este tipo de construcciones y que Rattle apoye la concreción de una nueva sala para la London Symphony. "Sin duda que será un escenario estupendo y que también podrá acoger a otras agrupaciones europeas de gran prestigio", explica.

Al referirse a la realidad local endurece el tono. Al premio nacional de Música 2012 le duele la ausencia de salas de conciertos especializadas en nuestro país. "Es ignorancia de los gestores y punto", señala, y agrega que en su momento intentó influir en el destino de la próxima gran sala del Centro Gabriela Mistral (GAM) y no fue escuchado. "Originalmente iba a ser la casa principal de la Sinfónica Nacional de Chile, pero se descartó esa opción. La respuesta que me dieron es que tenían que crear un gran teatro con acústica artificial, porque debía ser multiuso, debía servir tanto para la música como para el teatro, lo que no me parece. Si quieres ver una obra de teatro en una sala de 1.800 butacas tendrías que usar binoculares. Las salas de teatro son más pequeñas, porque buscan el contacto directo con el espectador". El director chileno remata: "Me temo que esa sala se va a convertir en un segundo Municipal de Las Condes, con una acústica muy poco apropiada para la música sinfónica".

Maximiano Valdés, director titular de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico y del Festival Casals, advierte que si bien el caso de San Juan, desde el punto de vista del número de habitantes, no es en absoluto comparable con una ciudad como Santiago, "aún así, en la isla tenemos tres salas de conciertos relativamente nuevas. La última, donde yo trabajo, se terminó hace cinco años. Es una sala para 1.200 espectadores, construida para nuestra orquesta y con los mejores recursos tecnológicos. De modo que cuando los países quieren y los gobiernos toman conciencia, los teatros se construyen, y eso ayuda a que la gente escuche música en las mejores condiciones posibles y a sumar nuevas audiencias", dice Valdés.

El músico chileno añade a Artes y Letras que le tocó presenciar la expansión de los auditorios de concierto en España, fenómeno que coincidió con un período de descentralización administrativa y política de ese país. "Las comunidades autónomas se independizaron muchísimo respecto de la capital y cada alcalde se tomó como un reto personal construir una sala de conciertos. El auge de la música clásica en España se debió fundamentalmente a eso, a que una...

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