Lo que el museo nos dejó... - 18 de Agosto de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 736959441

Lo que el museo nos dejó...

El episodio de Mauricio Rojas y el Museo de la Memoria avivó una llama que sigue incandescente en Chile. Y -más allá de lo ocurrido- dejó varias lecciones.No hay "contexto" para los derechos humanosEn materia de derechos humanos gran parte de la derecha sigue al debe. Cuando se enarbola la bandera del "contexto" lo que se está haciendo es intentar legitimar de algún modo los hechos. En el fondo, que las cosas pasan por algo. Que la violación de una mujer se explica, en parte, porque llevaba una falda muy corta.La tesis del contexto la hemos escuchado por décadas. Del propio Pinochet ("esto era una guerra, señores"), de Merino cuando hablaba de "los humanoides" y de tantos otros que hablaban de que los desaparecidos o torturados "no eran blancas palomas".Es evidente que tratar de contextualizar las violaciones a los derechos humanos es una forma de rebajar el carácter incondicional que poseen. Lamentablemente hay amplios sectores que se resisten a aceptarlo.El "templo" de Matucana 501Los museos de la memoria son espacios que buscan reconfigurar la historia de una sociedad y darle un nuevo significado a la violencia. Como se ha dicho insistentemente un museo de la memoria tiene como función crear conciencia y no de explicar historiográficamente lo ocurrido.El Museo del Apartheid en Sudáfrica, el Hiroshima Peace Memorial Museum en Japón, los muesos del holocausto judío o el Museo del Genocidio Armenio comparten con el Museo de la Memoria chileno la misma lógica: no permitir que estos hechos atroces queden en el olvido.Ninguno de los museos anteriores "contextualiza", simplemente muestran el horror.Sin embargo, una cosa diferente es que el museo no pueda estar sometido a un escrutinio público. En estos días se han escuchado voces tremendamente intolerantes, donde una crítica al museo es equivalente a una herejía y sobre quienes se pide la hoguera, como la pidieron para Galileo Galilei.El desatino de nombrar a RojasSi existe un flanco débil en los gobiernos de derecha es su incomprensión del mundo de la cultura. Se suelen sentir ajenos, perdiendo el tiempo o botando la plata. La cosa se enreda más porque los artistas, escritores, pintores, poetas y músicos suelen ser de izquierda, por lo que relacionarse desde la derecha no es tan fácil.Como dijo alguien, "el ministro de Cultura es a un gobierno de derecha lo que un ministro de Hacienda es para un gobierno de izquierda". Una nominación particularmente sensible y compleja. Lamentablemente el...

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