Municipio de Viña del Mar enfrenta críticas por deterioro y adelanta posibles soluciones
Tras semanas de intenso debate, el municipio recorrió con "El Mercurio" los lugares que se han convertido o caminan a conformarse en lunares urbanos. Si bien la alcaldesa Virginia Reginato se excusó por hallarse de vacaciones, su director de Planificación, Tomás Ochoa, y su asesor urbanístico, Pablo Rodríguez, explicaron en terreno la visión que la corporación edilicia tiene sobre estos problemas y los proyectos para enfrentarlos.
Rechazan que exista una decadencia urbana generalizada. Dicen que los planes municipales han abordado la ciudad por sectores y las inversiones realizadas en el plan se desgastan rápido ante flujos crecientes de vehículos y personas provenientes del interior y habitantes de segunda vivienda el fin de semana. Y si antes se priorizó el borde costero, hoy se levantan proyectos para enfrentar los principales problemas del plan, que requieren $100 mil millones para financiarse. El déficit de $13 mil millones no sería un impedimento. "No se trata de un default. Es manejable para el patrimonio municipal", promete Ochoa.
Calle Valparaíso: urge sumar actores al combate del comercio ilegal y ordenar el caos de puestos de ventas que invaden sus veredasCaminar por la avenida Valparaíso exige sortear los puestos instalados en sus aceras por comerciantes ilegales que ofrecen toda suerte de mercaderías y toparse también con mesas que, bajo toldos, se extienden desde restaurantes hasta la vía pública.
En el recorrido, Ochoa y Rodríguez comprobaron lo común de esta práctica. Si bien el municipio puede autorizar la instalación de estas mesas, se debe realizar un catastro que compruebe cuántos restaurantes cuentan efectivamente con este permiso. El próximo semestre -dicen- el municipio dictará una ordenanza que estandarizará el uso de este espacio público.
Ese día no se detectó comercio callejero al poniente de Plaza Vergara, lo que se explica por la presencia de un furgón policial y Carabineros a pie recorriendo la zona. Distinta fue la situación al oriente, donde se hace difícil transitar por la acera de esta calle y la de Quillota, que la intersecta. Casetas tipo carpa se despliegan ofreciendo desde ropa hasta alimentos. El comercio ilegal se entremezcla entre 40 puestos autorizados a personas discapacitadas. Para poner fin al caos, estas recibirán módulos con el escudo municipal que se desmontan en la noche, dejando la vía despejada. Ello gracias a recursos aportados por la Subsecretaría de Prevención del Delito. El problema es...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba