El mundo de Nicolas Ghesquière - 13 de Diciembre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 829605897

El mundo de Nicolas Ghesquière

La sede central de Louis Vuitton, en un edificio del siglo XVIII a unos 100 metros de la ribera derecha del río Sena, tiene vista directa a Notre Dame. Es febrero, y Nicolas Ghesquière, director creativo de la etiqueta, observa a través de la ventana de su oficina: la catedral y las torres de las campanas brillan en contraste con el cielo pálido del invierno. Ghesquière sacude un poco su cabeza y se encoge de hombros como admitiendo sin palabras su buena suerte y reconociendo, sin decir nada, que cuando se tiene la oportunidad de estar enfrente de algo de una belleza tan sorprendente y una prueba de la humanidad, sería absurdo no contemplarlo. Dos meses después, Notre Dame estaba en llamas. Ghesquière y su equipo, que por lo general trabajan hasta avanzada la noche, ya se habían ido a sus hogares cuando se desató el fuego alrededor de las 18:30 hrs. del 15 de abril. "Nadie se quedó", recuerda. "Fue extraño. Fue como: 'No hay nada más que hacer. Estamos listos por hoy'". Eso dice es algo "que nunca sucede".Nicolas Ghesquière, cuya "forma favorita de comenzar una colección es con un anacronismo", llegó en 2013 a la marca francesa que partió como una compañía de equipajes de lujo hace 165 años. Antes había estado al mando creativo durante 15 años en otra histórica casa de la moda, Balenciaga, donde desarrolló sus colecciones entre 1997 y 2002. Así el diseñador se familiarizó con los desafíos de preservación y renovación de los símbolos de riqueza y destreza francesa. "No te olvides", le gusta decir, "que lo que ahora ves como normal o clásico fue nuevo alguna vez". Ghesquière ama las buenas metáforas. Su discurso -articulado y cerebral- tiende a ser denso y con analogías. Es un rasgo común entre los diseñadores de moda, pero a diferencia de otros, el lenguaje figurativo de Ghesquière realmente cobra sentido. El diseñador intenta evitar jergas de la industria ("historia del color", "nivel de gusto"), y en su conversación impresionan sus intentos de comunicar ideas en vez de hablar de manera impresionista.A sus 48 años, el diseñador compara su carrera profesional con la típica trayectoria de directores hollywoodenses de Marvel, alguna vez independientes y jóvenes con poca experiencia en los estudios, quienes dirigen las películas más grandes alguna vez hechas en la historia del cine.Ghesquière discute a menudo sobre su ascenso con estas palabras. Louis Vuitton, la marca de lujo más grande del mundo, tiene un logo -tres cuadrilóbulos y un monograma en serif sobre un lienzo color chocolate negro, repetidas constantemente- este es como el símbolo de Nike o la manzana de Apple, uno de los más reconocidos (e imitados) del planeta. No es del todo extraño ver a personas literalmente marcadas con el logo, usando el patrón repetido con tinta de tatuaje en sus cuellos y antebrazos. "Louis Vuitton", dice Ghesquière, "es lo más visible, lo más llamativo de alguna forma. Algunas personas piensan que es terrible, algunas lo aman, algunas tienen una fascinación con él, algunas piensan que la marca es barata porque hay muchas copias de él".El diseñador los llama "el gran juego". Pero lo que llevó a...

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