Multitudinaria marcha contra el terrorismo en Barcelona, empañada por el independentismo
La protesta tenía el gran reto de transmitir una unidad política, institucional y social en un país bajo tensión por el referéndum independentista convocado por el gobierno catalán para el 1 de octubre y que según Madrid es ilegal y no tendrá lugar. Y ese proceso secesionista se hizo notar ayer: mientras Puigdemont fue aplaudido por los manifestantes, estos abuchearon al rey, a Rajoy y a los miembros de su gobierno.
Varios asistentes llevaban banderas esteladas y cartelas que recriminaban a Felipe VI -el primer rey de España que participa en una manifestación- por su amistad con Arabia Saudita, país que presuntamente da apoyo financiero al Estado Islámico (EI), grupo que se adjudicó el atentado en Barcelona. "!Vuestras políticas, nuestras muertes¡", coreaban los manifestantes.
En enero, Felipe VI realizó un viaje oficial a Arabia Saudita, el que la prensa española vinculó con la posible negociación de un contrato de cinco buques de guerra a Riad por más de 2.000 millones de euros. Los gritos de "!Fuera rey, fuera Rajoy¡" se repitieron en varios tramos de la marcha y especialmente cuando ambos aparecían en las pantallas instaladas en el paseo de Gracia. Algunos manifestantes llegaron a romper carteles que agradecían al rey por su asistencia a la marcha.
"Ha habido un intento bastante obvio por parte de los separatistas y del gobierno de Barcelona" de politizar el acto, lamentó Albert Rivera, líder del partido liberal Ciudadanos.
La comunidad catalana también rechazó la postura de quienes abuchearon al gobierno español. La Sociedad Civil Catalana, que acudió a la protesta con un gran lienzo con el mensaje "Unidos frente al terrorismo" expresó su "profundo lamento" por los abucheos, los que calificó de una "grave irresponsabilidad y una falta de respeto a la memoria de las víctimas".
La prensa española manifestó su rechazo a la postura separatista. En un editorial titulado "Barcelona somos todos", El País dijo que "el fanatismo independentista rompió la unidad imprescindible". De igual forma, El Mundo afirmó que no existió "ni miedo ni respeto a las víctimas" por parte de los catalanes, que convirtieron la manifestación pacífica en un "aquelarre propagandístico".
Pese a las discordias, el presidente de la Generalitat estimó que la manifestación fue exitosa y que dejó un claro mensaje de paz. "Espero que los terroristas lo hayan entendido: no nos derrotarán", afirmó.
Jordi Turull, consejero de la Presidencia, no hizo ninguna condena. Aseguró...
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