El multimillonario nigeriano que muestra a África como la tierra prometida
La presencia de Dangote en la foto del candidato que terminó con 16 años del People's Democratic Party (PDP) al derrotar al Presidente Goodluck Johnathan, es reveladora. Más allá de asegurar la continuidad económica a pesar del cambio de signo político, el empresario -incluido en la lista de multimillonarios de Forbes desde 2008, este año en el puesto 67, con una fortuna de US$ 18.100 millones- es una puerta de entrada al fenómeno de Nigeria, que refleja las paradojas de un tiempo en el que el primer y el tercer mundo se mezclan hasta volverse indistinguibles.
Nigeria, la principal potencia política y económica de África, que desplazó a Sudáfrica, tiene dos activos valorados: población en crecimiento explosivo y un subsuelo riquísimo. Sus 174 millones de habitantes podrían llegar a 210 millones en 2020 y superar a EE.UU. en 2050, mientras es uno de los principales productores de petróleo, oro, estaño, carbón y gas, cuyo PIB creció en promedio 5% por año entre 2010 y 2013.
Pero es a la vez un territorio fracturado por la desigualdad extrema, la corrupción y las deficiencias de infraestructura básica, en el que el desempleo supera el 80%, el 60% de la población sobrevive con menos de un dólar por día, y el 69% está bajo la línea de la pobreza. Es el mismo país en el que los islamistas de Boko Haram desangran el territorio con muertes masivas.
En ese escenario, Dangote es, a la vez, el emblema del multimillonario de país subdesarrollado: alto perfil internacional, ego emprendedor, filántropo -su última donación fue de un millón de dólares para erradicar el ébola de Nigeria- y evangelizador de la teoría del derrame: si hay inversiones en el país, y se hacen en alianza con empresarios locales, sostiene, los beneficios llegarán a todos los habitantes.
"No den más ayuda a África -pidió en el Foro de Davos del año pasado-. Inviertan con socios locales. Ustedes harán dinero, nosotros haremos dinero, y eso será mejor para todos".
Ayuda familiar
Nacido en Kano, la segunda ciudad del país, en 1957, en una rica familia musulmana, Aliko estudió administración en El Cairo, y volvió a su país para iniciar su ascendente carrera empresarial.
A los 21 años, un préstamo de su tío le permitió abrir un negocio de comercialización de arroz (que importaba de Tailandia), azúcar (que traía de Brasil) y cemento, que creció rápidamente -muchos dicen que gracias a beneficios de importación que sucesivos gobiernos le aseguraron-, para pasar a desarrollar la industria...
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