Del multiculturalismo a la xenofobia: Cómo ocurrió la metamorfosis de Holanda
Como un laboratorio internacional de políticas progresistas, Holanda se convirtió también en las últimas décadas en símbolo del liberalismo valórico, evidente en las calles del Barrio Rojo, donde las mujeres se exhiben a través de vitrinas; en los coffee shop con menús de marihuana, y en sus legislaciones pioneras en materias como la prostitución, las drogas, la eutanasia, el aborto y el matrimonio homosexual.
La tolerancia, consolidada como un atributo de orgullo nacional quedó, sin embargo, en entredicho a raíz del fuerte respaldo popular que está recibiendo la formación de ultraderecha populista y xenófoba Partido Por la Libertad (PVV), de cara a las elecciones generales del 15 de marzo.
Parte importante de la población y autoridades como la presidenta de la Cámara Baja del Parlamento, Khadija Arib -de origen marroquí-, y el alcalde de Rotterdam, Ahmed Aboutaleb -de fe musulmana, y de nacionalidad marroquí y holandesa-, han debido soportar en los últimos meses las ofensas del líder del PVV, Geert Wilders.
Bajo el lema "Holanda para los holandeses", Wilders ha prometido "desislamizar" la nación (prohibiendo incluso el Corán) y hacerse cargo de la "escoria marroquí", que -según él- provoca inseguridad en las calles. "Será una votación histórica porque los holandeses podremos recuperar nuestro país", dijo el político xenófobo, que en diciembre fue condenado, aunque no sancionado, por discriminación hacia los marroquíes.
Con un apoyo de entre 15,8% y 17,6%, que Wilders viene cultivando desde hace más de una década, el PVV podría convertirse en la principal fuerza política local, con 24 a 28 escaños en el Parlamento. Y si el líder de la formación consigue llegar al gobierno (para lo que probablemente necesitaría formar una coalición), se espera que impulse también el "Nexit" que tanto ha anunciado; un divorcio con la Unión Europea, a la cual culpa de todos los males económicos y sociales que pesan sobre los holandeses.
Y aunque Wilders se consolidó en los últimos años como la cara de los sectores molestos con la integración y el progresismo, la metamorfosis de la sociedad holandesa se ha visto también reflejada en el discurso del liberal Primer Ministro, Mark Rutte.
El jefe de Gobierno, cuyo Partido Popular y Democrático (VVD) figura segundo en los sondeos -con entre 15,2% y 16,9% de apoyo-, escribió en enero una carta abierta, en la que invitaba a irse del país a todos aquellos que "no acepten los valores...
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