Mujeres tristes. - Núm. 44, Marzo 2008 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 68429785

Mujeres tristes.

AutorFigueroa de la Rivera, Gloria M.

MUJERES TRISTES El pulmón del viento atasca la palabra del corazón. Se ha quedado allí. fantasma. sin pretensiones entre tantos manos sin habla. El camino se pierde en las volutas antes blancas bajo la lluvia que nos secó desnudos. Las fotos conversadoras (siempre las fotos de la casa mágica) penden de la muralla que desdeño atravesándoles tela Ya no hay balance en la red roja y azul. Perdió luchando en la memoria del tiempo bueno (en una jeringa aséptica dicen) ante los mensajes de la cara sello y la cara cara. Gritas (grito) por volver a ser rostro de niña entre tanto pliegue del espejo. .. Y en las manos limpias de callos descansando en las camisolas manchadas aparece la carita de madre recién desflorada hace veinte siglos. Allá viajamos tú y yo, .. a la línea de puntos que unió la iniciación del anillo y la mortaja. ¿Cómo? ¿Cuando? (¿un porqué ?) Descubres. Cubro los tiempos de violines y grillos salpicando el cantar del zorzal regalado en la sombra entre medio de estos tenues muslos vencidos o que por gusto, sonrieron en la entrega. El viento no tiene compañera y las palabras ciegas en una boquita sin pintura escuchan pestañas calladas. No saben ya viajar lágrimas. ¡Cuánto anhelo callamos de gritar hondo! Hemos conocido la ley amarga entre calles húmedas de huellas o espacios secos balbuceando no más al recuerdo en post mortem, o post scripto de una esquela rosada. Se han dibujado las aguas de sal, en las camisola pegadas con viscosa goma. Y la cruz nos sonríe para extendernos su mano de madera ... Jesús ha bajado y tus ojos lo evitan. El madero es mi posada a salvo...

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